Es solo un efecto óptico y se apreció el pasado lunes en varios puntos de Argentina: el cielo se tiñó de rojo, y según ha explicado en sus redes sociales el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) del país, se debe al humo que han provocado los terribles incendios que están arrasando Australia. El humo llegó a Argentina desde Chile y cruzando los Andes, a unos 5.000 metros de altura. Ya hubo precedentes de este fenómeno en noviembre.

Son los sistemas frontales los que se desplazan el humo de oeste a este de Argentina, y el color se debe a la radiación electromagnética que se emite en forma de ondas. El fenómeno no generará efectos nocivos para la salud de sus habitantes, según ha informado la Dirección Meteorológica de Santiago de Chile.

Entre tanto, aprovechando las mejoras climatológicas del país (ha llovido algo, y se prevé que las lluvias persistan hasta el jueves), los bomberos australianos han reforzado las defensas ante los casi 200 incendios que aún están activos en el sureste del país. Los incendios, considerados entre los peores del siglo en Australia, han calcinado al menos seis millones de hectáreas de terreno, lo que equivale a dos veces la superficie de Bélgica.

El comisionado del Servicio Rural de Bomberos de Nueva Gales del Sur , Shane Fritzsimmons, ha calculado en 1.588 el número de casas destruidas en el Estado desde que comenzó la temporada de incendios en septiembre, 672 de las cuales en lo que va de 2020. La catástrofe está valorada en miles de millones de dólares.

Además, el fuego parece haber sido particularmente para los koalas. El ecologista australiano Dailan Pugh, que hoy lunes presentará un estudio sobre la situación de los koalas ante el Senado del estado de Nueva Gales del Sur (suroeste del país), ha dicho a la Agencia Efe que los recientes fuegos se han cobrado la vida de alrededor del 25 por ciento de los koalas de la región, cuya población era de unos 8.400 ejemplares.