Sobre el aburrimiento, sobre lo imposible, sobre el tiempo… El mundo de Alicia en el país de las maravillas (1865), descontrolado pero lógico, nos abre preguntas sobre la frontera de lo real y lo irreal. Por eso, la Fundación Canal presenta la exposición “Alicia en el país de las maravillas por Dalí, Ernst, Laurencin y Tenniel”, que “te sumergirá en la obra de Lewis Carroll Alicia en el país de las maravillas y en el surrealista y sorprendente mundo de su protagonista”. Lo hace de la mano de los maestros de las vanguardias Salvador Dalí, Max Ernst y Marie Laurencin, y de las estampas de las ilustraciones originales que realizó John Tenniel para la primera edición de la novela.

La exposición está organizada de tal modo que se puede avanzar a lo largo de la novela y visitar los escenarios del País de las Maravillas, además de proyectar algunas películas inspiradas en la historia de Alicia y litografías, grabados, esculturas, naipes y, por supuesto, espejos".

Dalí y su relación con el tiempo. Los existencialistas y su relación con la identidad. Max Ernst y el dadaísmo. Alicia, y su creador Lews Carroll, influyeron decisivamente en el pensamiento de su tiempo. Todo empezó una tarde del verano de 1864 en un bote por el río Támesis, sin lápiz ni papel, cuando Lewis Carroll y otro profesor de Oxford, Robinson Duckworth, se llevaron a Alice Liddell y a sus dos hermanas de pícnic. Ellas pedían que contara el cuento una y otra vez, e incluso pidieron a Carroll que pusiera negro sobre blanco ese maravilloso mundo.

Humor absurdo, sentido de la vida y crítica a las altas esferas de la época en esta historia donde Alice es el acrónimo de uno de los ocho experimentos que estudian lo que ocurrió después del Big Bang, un homenaje a la experimentación y el conocimiento.