El hambre mundial empeoró de forma espectacular en 2020, según un informe que han publicado este mes de julio las Naciones Unidas, que añade que, posiblemente, se deba en parte a las consecuencias de la pandemia. En El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, obra conjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), varios organismos han realizado un informe que difunde esta organización internacional y estima que el año pasado estaba subalimentada cerca de la décima parte de la población mundial, lo cual suma hasta 811 millones de personas.

En ediciones previas, de años anteriores, esta publicación ya había avisado al mundo de que estaba en juego la seguridad alimentaria de millones de personas, entre ellas muchos niños. "Lamentablemente, la pandemia sigue revelando deficiencias en nuestros sistemas alimentarios que amenazan la vida y los medios de subsistencia de personas de todo el mundo", afirman en el Prólogo de este año los jefes de los cinco organismos de las Naciones Unidas.

Así, ya a mediados del decenio de 2010 el hambre había empezado a aumentar sigilosamente, frustrando las esperanzas de una disminución irreversible. Resulta perturbador que en 2020 el hambre se disparase en términos tanto absolutos como relativos, superando al crecimiento demográfico: se estima que el año pasado padeció subalimentación cerca del 9,9 % de la población total, frente al 8,4 % registrado en 2019.

Más de la mitad de la población subalimentada (418 millones de personas) vive en Asia; más de un tercio (282 millones) vive en África, y una proporción inferior (60 millones) vive en América Latina y el Caribe. Sin embargo, el aumento más acusado del hambre se registró en África, donde la prevalencia estimada de la subalimentación (21 % de la población) supera en más del doble a la de cualquier otra región.

Por otro lado, en 2020 más de 2 300 millones de personas (el 30 % de la población mundial) carecieron de acceso a alimentos adecuados durante todo el año: este indicador, conocido como prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave, se disparó en un año tanto como en los cinco años anteriores combinados. La desigualdad de género se agudizó: en 2020, por cada 10 hombres que padecían inseguridad alimentaria, había 11 mujeres que la padecían (frente a 10,6 en 2019).