Es una nueva advertencia seria. La última que nos llega y que como las anteriores deberíamos escuchar. Nos creemos invencibles pero un cambio climático acabó nada menos que con el imperio de los faraones. Estamos avisados.

Volcanes de Sicilia a Italia

Este sorprendente conclusión es la que exponen expertos del departamento de Historia de la Universidad de Yale. Según su investigación, la caída del imperio Ptolemaico estuvo provocada por un cambio radical de las temperaturas que afecto al principal medio de supervivencia de Egipto. Este cambio de temperaturas estuvo provocado por varias explosiones volcánicas, desde el Etna en Sicilia a la lejana Isla de Islandia. Las cenizas lanzadas a la atmósfera por estás erupciones provocaron un cambio climático en toda Europa y Norte de África.

El Nilo sin riego

El enfriamiento de las temperaturas a causa de cubrimiento parcial del Sol provocó un descenso notable de lluvias en la zona del Nilo. Sin este aporte de agua continuo, las crecidas del río se detuvieron. Y sin crecidas, los campos de cereal de la zona no pudieron ser irrigados. De ahí a la catástrofe económica solo hubo un paso. Durante 4.000 años, el Egipto faranónica se había mantenido fuerte gracias a la explatación agrícola de las tierras aledañas al Nilo. Este era la fuerza real del imperio. Lo que le permitía tener y mantener a una población fiel, a un ejército fuerte y a unas instituciones independientes económicamente. Este descubrimiento cambia también la perspectiva de la Historia. De cómo Roma fue capaz de conquistar un imperio milenario y de desviar la atención de la errónea coalición de Cleopatra con Marco Antonio contra César que, tras la batalla de Accio en el año 31 antes de Cristo.