Sudán del Sur, el país más joven del mundo, independizado en 2011, lleva prácticamente desde entonces amenazado por la guerra y el hambre. El conflicto militar que estalló en diciembre de 2013 entre el presidente, Salva Kiir, de la facción dinka, y su ex vicepresidente, Riek Machar, de etnia nuer, ha afectado al suministro agrícola. Pero situación ha empeorado en las últimas semanas, convirtiéndose en la peor en 60 años de las que ha sufrido África. Según el gobierno del país y la ONU, casi cinco millones de personas están amenazadas por la hambruna. Hay zonas desabastecidas.

Un gobierno en contra

La organización internacional ha declarado incluso la situación de emergencia en algunas zonas del país africano, el centro y el Norte, lo que significa que hay personas que han muerto ya de hambre. Con todo, el gobierno de Salva Kiir continúa bloqueando el suministro humanitario de alimentos a estas áreas, según denuncian funcionarios de la ONU. A la población la presionan señores de la guerra, y el ejército que está acusado de saqueos, violaciones y asesinatos. El escenario es ya, en gran medida, irreversible, y la inseguridad alimentaria y el riesgo de mortalidad planeará sobre los hogares de Sudán. Tres cuartas partes de ellos carece de una alimentación adecuada. Ya en 1998, este país se vio afectado por la hambruna a consecuencia de la guerra civil. Al menos 70.000 personas murieron entonces. Aunque, según las agencias de la ONU, en esta ocasión las propias autoridades del país han provocado la situación. Las sequías no tuvieron un efecto tan pernicioso como el que están teniendo ellas.