Si hay algo que está claro es que Google sabe cómo vender sus productos. Porque conseguir ser tendencia del momento y concitar a más de 78 millones de personas en un día con una aplicación sobre cultura y arte tiene mucho mucho mérito.
650 instituciones
Es lo que ha logrado la compañía de Mountain View con simplemente agregarle una sencilla funcionalidad a la versión para móviles de Google Arts and Culture. Y encima una funcionalidad que, admitámoslo funciona regular. Esta funcionalidad consiste en que el usuario se haga un selfie. Luego la app analiza los rasgos del usuario y los coteja con la amplísima base de datos de obras de arte que Google pone a disposición de los internautas en su división de cultura.
Al instante, la app ofrece al usuario qué obra de arte se le parece más. Qué retrato en realidad. Así uno puede creerse que ha salido de un cuadro del Greco o del mismísimo Da Vinci. En realidad, de todos los artistas y obras que figuran en su base de datos. Nada menos que los fondos de 650 instituciones de 68 países de todos los continentes que han permitido que la compañía digitalice y comparta sus obras.
Art Selfie
“Art Selfie” que es como se llama la funcionalidad, porque tampoco es bueno inventarse nombres que no expliquen de qué va, fue la sensación durante esta semana. Pocos fueron capaces de resistirse a saber en qué cuadro salían, aunque fuera en na obra de realismo ruso, en concreto el retrato de un dirigente bolchevique, como en el caso del autor de estas líneas.
Detrás de tan popular función está el habitual despliegue tecnológico. En este caso, un proceso de “machine learning” que va cotejando rasgos y almacenando los resultados para ofrecer cada vez más fiables. En este caso como un mero entretenimiento, pero en un futuro con unos objetivos más pragmáticos seguro.