Los sistemas LED no solo no están ayudando, sino que puede que estén incrementando aún más la contaminación lumínica. Y eso que su popularización apuntaba a lo contrario.

Así lo ha publicado el Instituto de Astrofísica de Andalucía, que ve perjudicado su trabajo de observación del cielo por la luz que se emiten los distintos focos de las ciudades. La iluminación nocturna provoca, además, problemas en nuestra salud -la contaminación lumínica amenaza al 30% de los vertebrados y al 60% de los invertebrados nocturnos-, y en el medioambiente, derivados del derroche energético.

Sin embargo, ha publicado la revista Science Advances, no parece que la situación vaya a simplificarse a corto plazo, se espera un aumento de las superficies iluminadas en todo el mundo, de un 2,2% anual tanto en extensión como en intensidad.

Los resultados del estudio muestran un aumento de la iluminación en América del Sur, Asia y África, y el descenso en ciertas regiones, entre ellas las que sufren conflictos armados, como Siria o Yemen, y el estancamiento en países como Estados Unidos, Italia o España, los más iluminados a nivel mundial. El aumento de la iluminación nocturna ha ocasionado que la mitad de Europa y un cuarto de Norteamérica sufran una "pérdida de la noche" generalizada, con la consiguiente modificación de los ciclos día y noche.