La palabra timocracia procede del griego timokratía (τιμοκρατία), y es, según la definición que le da el Diccionario de la lengua española, el "gobierno en que ejercen el poder los ciudadanos que tienen cierto nivel de renta". Rubén Sánchez, portavoz de FACUA, fundación española de defensa de los consumidores, lo recuperó en 2015 en su libro homónimo, para denunciar, con su habitual ironía e información útil, los abusos que sufrimos los consumidores. Al leerlo, cualquiera diría que todos podemos llevar a un timador dentro si tenemos la oportunidad y alcanzamos la situación. Estas páginas, que se puede descargar gratuitamente aquí, están basadas en hechos reales, pues todos los nombres de personas y marcas comerciales que se mencionan existen o existieron, e hicieron lo que se indica que hicieron, que fue, básicamente, engañar y abusar del bolsillo de sus congéneres.

De operadoras que no cursan bajas telefónicas a restaurantes que cobrarn por servir la carne muy hecha

Sánchez explica en el prológo de esta obra de investigación que "el mundo en el que vivimos se parece mucho al de la película de culto de 1998 Dark City, una pequeña joya mitad cine negro, mitad pesadilla de ciencia ficción", porque en ella, una organizacion ejerce "su poder desde las sombras experimentando con sus habitantes y usándolos como marionetas. Sus recuerdos, sus deseos, sus decisiones... son en buena parte fruto de la manipulación de la que están siendo objeto". Y en una sociedad como la nuestra, "donde tantos políticos gobiernan siendo auténticos cómplices de aquéllos que cometen los mayores abusos, donde quienes realmente tienen el poder son los multimillonarios que dominan las grandes empresas, donde los timos se cometen con absoluta impunidad", debemos preguntarnos "por qué lo llaman democracia cuando deberían decir timocracia". Operadoras de telefonía que no cursan bajas en las líneas, deudas que se pretenden cobrar aunque no existan, spam telefónico, ofertas cuyas condiciones pasan a la historia a la primera de cambios, restaurantes que cobran un plus por el servicio de lavandería o por servir la carne muy hechos… En muchos casos la realidad y la picaresaca superan la imaginación. El autor organiza el libro, que sirve de guía en casos de fraude, en trece capítulos, abarcando desde las liberalizaciones de los sectores eléctrico o energético a los timos en los bares, pasando por los abusos de las compañías aéreas, los excesos en las rebajas, el a veces engañoso marketing del cine, las tomaduras de pelo de las operadoras telefónicas, la desatención al cliente y, por supuesto, los sablazos de los bancos. Un instructivo manual de supervivencia para el consumidor que sirve de llamada de atención sobre nuestro poder como usuarios. Imperdible.