A primeros de mes se zanjaba la polémica: el gobierno español decretaba el cierre de la central nuclear de Garoña (Burgos). Era -aún lo es- la más antigua de las siete que hay operativas en España, y su vida útil se venía prolongando desde 2009, lo que la convirtió en un símbolo de la lucha antinuclear. Comentamos la jugada con Joaquín Araujo, uno de los naturalistas españoles más prestigiosos, premio GLOBAL 500 de la ONU y dos veces el Premio Nacional de Medio Ambiente por su divulgación en prensa, radio o cine documental desde hace 47 años, aunque su mayor orgullo es su huerta ecológica, y haber plantado aproximadamente un árbol por cada día que ha vivido. Eso suma más de 24.000. ¿Se alegra del cierre de Garoña? Algunos somos anti nucleares desde hace más de cincuenta años, cuando ni siquiera se había consolidado el parque de centrales nucleares español. Y es que la energía nuclear es fea, cara, peligrosa y, en consecuencia, extraordinariamente injusta. Pocas cosas más tiránicas ha hecho el ser humano hacia sus descendientes que esto, dejar un peligro potencial durante decenas de miles de años, cuando no más. No hay por qué entrar a razonarlo con cifras o parámetros económicos, porque si es feo, peligroso e injusto, no hay por qué analizarlo pensando que sea barato, caro o rentable. Sencillamente, no tiene que estar ahí. Así que nos alegramos infinitamente de que se haya cerrado Garoña, por mucho que se hayan planteado en contra de ese cierre argumentos de naturaleza laboral o económica. Y en esta línea se puede hacer una consideración sobre el enorme despilfarro de energía que lleva a cabo una sociedad como la nuestra. Los defensores de las energías sucias suelen aducir en contra del cierre de las centrales nucleares la pregunta de dónde vamos a sacar el 20% o 21% de la energía que nos proporcionan. Pues bien, lo podemos sacar de una mínima seriedad y rigor, de un mínimo ahorro energético. Porque todo, absolutamente todo lo que pasa en una sociedad como la nuestra, puede seguir dándose con un 20% menos de gasto energético. Es decir, simplemente con un poco de cuidado, de ahorro, ya estaríamos paliando lo que puedan producir todas las nucleares, no solo Garoña. Podríamos prescindir de la energía nuclear. Hay muchos estudios que alcanzan a decir que la mitad de la energía se gasta inútilmente, sin ningún rendimiento en ninguna esfera, por descuido o por despilfarro. Puede que sea un porcentaje muy exagerado, pero desde luego un 20% sí se está tirando, seguro, a ese pozo que es la contaminación y el cambio climático, sin ningún tipo de rendimiento, producción o bienestar para los gastadores de esa energía. Otro reto que plantea la energía nuclear son sus residuos. Y donde menos resuelto está este tema es en España, aquí no hay todavía ningún almacén definitivo para las centrales nucleares. De todos modos, ni el mejor almacén en la mejor ubicación garantiza nada dada la longevidad de la radioactividad de la energía nuclear. En el planeta tierra no hay, a día de hoy, ningún lugar donde albergar durante decenas de miles de años estos residuos de manera segura. ¿Podríamos tener, en España, un modelo basado en energías limpias? Sí, al 100% basado en ellas. El problema es que todos los impedimentos que se ponen al desarrollo de las energías renovables están basados en el altísimo rendimiento que supone fabricar electricidad para las empresas dominantes en ese mercado. Los beneficios netos de las tres grandes eléctricas de España son muy elevados: Iberdrola ganó 2.572 millones de euros. Endesa, 1.879 millones. Gas Natural, 1.445 millones. Y las energías renovables dejarían esos beneficios, claro, en mucho menos. Aunque es verdad que todas estas empresas tienen departamentos dedicados a energías renovables, pero no llegan a fomentar la autoproducción para el autoconsumo, que es como yo vivo, a partir de un sistema fotovoltaico. Y eso que el tuit que más éxito ha tenido de todos los que he escrito desde que estoy en redes sociales, lo publiqué hace unos 10 días, con la foto de mis paneles fotovoltaicos, y decía que cada vez estoy más convencido de que hay una relación directa entre la energía fotovoltaica y la felicidad por no pagar facturas por la luz. Estuve a punto de poner solo felicidad, pero luego me acusan ser un ingenuo, un romántico. ¿La solar es la energía con más potencial en España? Sí, aunque evidente el viento y la energía procedente de las olas del mar por supuesto también se pueden aprovechar, y hay tecnologías fascinantes en torno a ellas. Pero todas manan de la solar, no habría viento si no hubiera diferencias térmicas en la atmósfera, y no habría viento que moviera las olas sin el mismo principio. Pero, desde luego, la fotovoltaica es fundamental para el autoconsumo familiar, y la solar térmica para el agua sanitaria. En España llevamos muchos años de retraso. Hay un dato que ha circulado mucho en los últimos días que es muy significativo: si estuviéramos aprovechando no ya la capacidad que tenemos en España, sino solo las energías renovables que se han instalado ya en Alemania, nuestra factura de la luz sería un 36% más reducida. ¿No es muy cara una instalación fotovoltaica? Merece la pena la inversión a largo plazo, se amortiza en cinco o siete años. Y basándome en mi caso particular, te puedo asegurar que con mi instalación tengo energía más que suficiente, mucha más energía de la que necesito. Y una vez que la instalas, se acabó, nunca más pagas, solo puede que requiera algo de mantenimiento, y que al cabo de unos 20 años tengas que instalarla de nuevo. Pensando en la esfera estatal, en las decisiones políticas, no solo moralmente deberíamos estar obligados, dado el cambio climático que pone en peligro la vida de este planeta, a apostar por las energías renovables, deberían tener el mismo rango, en importancia, que las políticas de Educación y Sanidad; además, está fuera de toda duda que su rendimiento es espectacular, porque la única opulencia de este mundo, lo único que casi es ilimitado es la luz del sol, todo lo demás tiene un límite (fronteras, periodos de caducidad…). Y los paneles fotovoltaicos son la mitad de caros ahora que cuando yo instalé los míos. Además, con todo, si saliera caro el proceso de instalación, pues pensemos en cuántas cosas nos salen caras en este país, fijémonos en infraestructuras que no han servido para nada, como algunos aeropuertos, o simplemente los fraudes bancarios. Imaginemos lo que podríamos haber conseguido con inversiones de ese calado en energías renovables. Supongo que estará usted desesperado con Trump. Pues sí. Creo que desespera incluso a sus familiares. Y creo que su llegada al poder ha sido especialmente inoportuna, justo cuando estábamos necesitando de ese compromiso moral que yo he mencionado y en el fondo sí tenía Obama. Trump no solo resulta un peligro de manera inmediata, por lo violento que es, sino también por una vía más lenta, por su negación del cambio climático. Se podría decir perfectamente que Trump es una malísima noticia para el conjunto de la vida en este planeta, no solo la humana, ni solo para los coreanos o los yanquis, sino para todos los seres vivos, incluyendo a las plantas y los animales.