En primavera de 1974, un joven arquitecto húngaro, Ernő Rubik, se obsesionó con encontrar una manera de modelar el movimiento tridimensional para explicárselo a sus estudiantes. Después de pasar meses jugando con bloques de cubos, hechos de madera y papel, y sujetos con bandas de goma, pegamento y clips. Finalmente, creó algo que llamó "Bűvös kocka" o Cubo Mágico.

El invento, que se rebautizó como Cubo de Rubik, se convertiría en el rompecabezas de juguete más popular del mundo. Se ha vendido por centenas de millones. El cubo también ha inspirado numerosas obras de arte y películas, y ha generado un deporte competitivo llamado speedcubing.

Ahora, ha nacido Rubik's Touch, una variedad de este cubo que se puede resolver de manera tradicional o a ciegas (Blindfold), al disponer de unos símbolos internacionales impresos en relieve que permiten identificar los distintos colores sin necesidad de verlos.