Entre sus atractivos, tener varios museos, un bajo coste de vida, locales de restauración y una importante infraestructura tecnológica. O eso promocionan sobre Tulsa (Oklahoma) desde su servicio turístico. Pero también tiene un problema de despolación, como muchas ciudades de Estados Unidos en los últimos años, y como otras de ellas (Baltimore, Maryland, St. Clair, Michigan o Vermont) han puesta en marcha, como una posible solución, pagar a los trabajadores por mudarse allí.

Así, Tulsa ofrece a teletrabajadores la oportunidad de irse a vivir a la ciudad cobrando 8.850 dólares. El programa se llama Tulsa Remote, y una de sus mayores impulsoras es la Fundación de la familia Kaiser George, que ha dotado a la iniciativa con 3.500 millones de dólares para luchar contra la pobreza en la ciudad y hacerla más atractiva. La fundación trabaja también en el programa Teach for America para atraer profesores, y ha patrocinado varias becas para artistas.

Los beneficiarios de la iniciativa han de comprometerse a vivir en la ciudad durante un año y teletrabajar o emprender algún negocio. El pago se distribuirá a lo largo del año con: 2.500 dólares al principio, 500 dólares al mes y 1.500 dólares una vez que se complete el programa. Se buscan, sobre todo, trabajadores del sector tecnológico, aunque también se ambiciona atraer desde investigadores a escritores.