Laika fue una perra callejera de raza mestiza a la que encontraron en las calles de Moscú para lanzarla en la misión Sputnik 2 de la Unión Soviética, en noviembre de 1957. Era solo un mes después de que el despegue del Sputnik 1 abriera la era espacial. Laika murió rápidamente por sobrecalentamiento, y rodeó la Tierra, ya cadáver, hasta abril de 1958, cuando el Sputnik 2 cayó de nuevo a la atmósfera y se quemó.

Laika, con su sacrificio y misión pionera, ayudó en los avances de la Humanidad hacia el cosmos. El nuevo documental Space Dogs nos pide que examinemos ese sacrificio y lo que dice sobre nosotros. "Esta película trata sobre la relación de otra especie con nosotros, los humanos. Una especie que se ha utilizado en la historia del espacio de dos maneras: como escenario experimental y como símbolo de heroísmo", han explicado Elsa Kremser y Levin Peter, directores de la cinta, para quienes la historia de Laika se convirtió “en una fábula, una leyenda amarga”.

Para su obra, Kremser y Peter han recuperado imágenes inéditas de Laika y otros perros que viajaron en misiones espaciales soviéticas, muy difíciles de conseguir ya que en los registros oficiales solo figuraban imágenes de propaganda. En algunos de estos fragmentos, se ve la preparación de los cachorros para lanzamientos emblemáticos, o en etapas posteriores al aterrizaje, se los ve ya como perros vagabundos esquilados y tambaleantes, tras sobrevivir a las pruebas espaciales.