Hasta hace no mucho, de hecho en muchos lugares y para muchas personas aún es así, sólo había dos géneros y se correspondían con el sexo biológico. Los que no encajaban en esa dicotomía, eran raros. Hoy, basta poner una serie de Netflix o HBO para darse cuenta de que los raros son los que hasta ahora eran normales. 

Si tú eres de los que se encuentra perdido en la nueva realidad de diversidad de género, te ofrecemos una guía esencial para no perderte en el mundo social del siglo XXI.

 

Por qué lo llamas género cuando quieres decir sexo

O viceversa. Hombre o Mujer ya no se corresponden exclusivamente con su configuración genética, o los órganos genitales. Es decir, el tipo de aparato reproductor que tengas al nacer no equivale automáticamente a tu género. Los antropólogos, como ciencia social, han llegado a la conclusión de que el género es una más de las identidades que afectan a las personas y tiene una base cultural. Es decir, que está determinada no por la bilogía (lo que sería determinismo) sino por las relaciones sociales de cada cultura. Lo más importante que debes sacar de aquí como conclusión es que al ser un constructo social, es variable y fluido. Es decir, que no es algo inamovible y que puede cambiar con cada persona, lugar y momento.

Amar a quien quieras, cuando quieras

Ahora sí, esta es la guía definitiva (para nosotros). Una vez que hemos entendido este concepto, que es el que a la mayoría le cuesta más aceptar, precisamente por su visión sesgada cultural individual, lo siguiente es mucho más fácil. Se trata de distinguir entre tres hechos relacionados pero independientes:

  1. El sexo biológico.
  2. El género con el que te identificas.
  3. Con quién quieres tener relaciones sexuales o románticas.

Y ninguna de ellas está determinada por la otra.

Es decir, que el cuerpo no determina ni limita tu personalidad y que, seas como seas, puedes sentirte atraído por otra persona, sea también como sea.

 

Por ponerte un ejemplo claro, conciso y directo: puedes ser hombre anatómicamente, sentirte heterosexual y tener relaciones con otro hombre sin que eso te convierta en homosexual. Aplíquese igualmente con mujeres. Y acepta después todas las combinaciones posibles.

Sabemos que para ciertas culturas, creencias religiosas o formas de entender la vida, esto es incomprensible y hasta (para ellos) censurable. Pero cuando sales a la calle, es lo que hay. Porque, como han identificado en la web de Prstt, es posible clasificar más de 30 opciones de género o preferencia sexual y, todas ellas, merecen respeto porque, sea cual sea su identidad, lo que nos une es que son personas como cualquiera, aunque no sientan comom tú. 

Cuatro conceptos básicos para empezar a entender la diversidad de género

De las más de 30 opciones, las dos que debes conocer si no lo has hecho ya, son tres: 

  • Binario: son aquellos se se sienten cómodos en una división binaria de los géneros, hombre/mujer o Masculino/Femenino.
  • Cisgenero: También abreviado como "Cis", son aquellos que siendo binarios se corresponde su anatomía con el género al que se supone pertenecen: hombre/Mujer.
  • Queer: Abreviatura de Genderqueer, son los que no son capaces de defininirse en esas dos opciones, y pueden fluir de una a otra o no identificarse con ninguna.
  • Trans: Las personas transexuales con las que entendiendo el género binario, se sienten dentro del cuerpo del que no les correspondería.

 

A partir de aquí, la cosa se combina en casi infinitas posibilidades.