Quién no lo ha pensado o dicho alguna vez. Esta cerveza es como el pis. Cuando llevas horas sosteniendo el vaso en la mano bajo 35 grados mientras ves un concierto. Y aún así te la bebes, porque tienes el gaznate seco después de cantar durante todo el show. Y claro, de tanta cerveza, te dan unas ganas horribles de ir al baño. Por eso es lógico que el pis vuelva al pis, como las cenizas a las cenizas, que diría Bowie.

Primer productor de cerveza

No es extraño que en Dinamarca, ese pequeño país que se caracteriza por su desorbitada producción de cerveza, hayan ideado una forma de preparar cerveza a partir de la orina de decenas de miles de festivaleros. La idea, por definirlo de algún modo, se le ha ocurrido nada menos que al Consejo Danés de Agricultura y Alimentación (DAFC). Es, sin duda, la última marcianada de esa moda de la producción de cerveza artesana. Y más artesano que el pis, poco puede haber.

Pis de Roskilde

El caso es que en esta cervecera se las dan de preparar su bebida con estándares ecológicos. Así que han ideado una forma pero bien ecológica de fertilizar sus campos de malta. Con pis de festivaleros. Han cogido la orina de los 50.000 asistentes de uno de los festivales más prestigiosos del mundo, el Roskilde Festival. Exactamente, todos y cada uno de los que asistieron a la edición de 2015. El caso es que la orina es rica en nitrógeno. Y en el DAFC hicieron la relación directa entre pis-nitrógeno-fertilizante. Y destilaron la orina para extraer el elemento químico que es uno de los más potentes productos para conseguir un rápido crecimiento de las plantas. Pero no contaban, o quizá sí, que los malvados periodistas, ávidos de clickbait, iban a titular algo como “Elaboran una cerveza a partir de pis de festivaleros”. Así que los máximos responsables de la empresa han tenido que apresurarse a declarar que su cerveza no se elabora reciclando la orina de los bebidos fans de la música. Que solo la emplean como fertilizante. Que qué más da caca de vaca que pis de festivalero.