Es curioso lo que sucede con Leonardo da Vinci. Con poco más de dos decenas de obras pictóricas es sin duda uno de los artistas sobre los que más páginas se han escrito. Quizá sea ese reducido legado el que ha fascinado a tantas generaciones. El misterio único de sus obras. Como la Gioconda, que nos sigue cautivando.

La Mona Lisa masculina

Ahora se está hablando de lo que se ha llamado la Mona Lisa masculina. Una obra perdida del genio italiano que esta semana se subasta en Nueva York. Salvator Mundi muestra la figura de Cristo, con todos los rasgos clásicos del Renacimiento. Con la mano izquierda sostiene el Universo. Con la derecha bendice el mundo. En sus ojos una mirada profunda y sosegada. La peripecia de esta obra está a la altura de los enigmas que hacen de Da Vinci un artista diferente. En principio fue realizada para el rey francés Luis XII y fue pasando de unos reyes de Europa a otros hasta que llegó a manos de Carlos I de Inglaterra. Un hijo de Carlos II la vendió y desde ese momento desapareció la pista de la obra, que se consideró perdida definitivamente. En 1958 apareció una de las múltiples copias por las que era conocida la obra. En una subasta cambió de manos por 45 dólares. En 2005 fue de nuevo objeto de subasta. Sin embargo, esa copia guardaba un secreto.

Una copia original

Después de seis años analizando la obra y retirando las múltiple capas de barniz y repintado que tenía, los especialistas no tenían dudas entre su asombro. Estaban seguros de que aquella reproducción en realidad era la obra original del genio florentino. Este resultado está considera como el descubrimiento artístico más importante del siglo XXI. Ahora, Salvator Mundi, la única obra de Da Vinci en manos privadas regresa a las subastas. Pero esta vez las cosas han cambiado. Ahora ya se considera como la obra original y eso altera el precio. De los 45 dólares que costó en 1958 va a pasar a un precio de salida de 85 millones de dólares.