Mucha polvareda han levantado las declaraciones en Cadena SER de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, afirmando que la contaminación no causa mortalidad. Nadie “ha muerto” por la contaminación atmosférica en Madrid, ha asegurado en una entrevista en la emisora, y ha restado importancia a la alarma de salud pública que se ha creado en Madrid en los meses recientes porque, a su juicio, la capital española “está haciendo las cosas correctamente”.

A los ministros de Ciencia, Pedro Duque, y de Sanidad, María Luisa Carcedo, así como a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, les ha resultado muy tóxica esta tranquilidad de Díaz Ayuso, y han recordado en sus cuentas de Twitter a la presidenta madrileña que varios informes de organizaciones científicas confirman el vínculo entre la contaminación atmosférica y la muerte de población. También el Informe de evaluación de la calidad del aire en España 2018 del Ministerio para la Transición Ecológica que España remitió a la Comisión Europea el pasado mes de septiembre deduce que la contaminación provoca 6.400 muertes al año en España. El gas contaminante que más muertes provoca, según este estudio, es el dióxido de nitrógeno (NO2), causa directa de 3.300 muertes al año. En España, el NO2 ha sido relacionado con el riesgo de sufrir: mortalidad prematura (general y por causas cardiovasculares y respiratorias), impactos sobre el nacimiento (partos prematuros, bajo peso de nacimiento y otras complicaciones), alteraciones del desarrollo cognitivo y función pulmonar deficiente. El impacto del material particulado (PM10 y PM2,5) es también de los más agresivos para la salud de la población y provoca la muerte cada año de 2.600 personas en España. La proliferación de estas sustancias se ha relacionado además con el alzhéimer y el deterioro cognitivo.

También en respuesta a las declaraciones de Díaz Ayuso, la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid ha asegurado que la relación entre la contaminación medioambiental y la mortalidad se demostró hace mucho tiempo. Y es que la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) señala que en España el 35 % de la población respira aire contaminado, y éste es causante de aproximadamente unas 10.000 muertes al año directamente relacionadas con la contaminación atmosférica, según el Instituto de Salud Carlos III. Por su parte, el Banco Mundial publicó en 2016 el informe El coste de la contaminación atmosférica. Refuerzo de los argumentos atmosféricos a favor de la acción, y de acuerdo con él, en el año 2013 murieron en España 14.689 personas por causas vinculadas a la contaminación. Y en referencia específica a Madrid, el documento recoge evidencias científicas existentes que demuestran “sin lugar a dudas” que los elevados niveles de contaminantes en el aire son responsables de numerosas enfermedades y fallecimientos.

Además, la exposición prolongada a la contaminación atmosférica provocó la muerte prematura de 518.700 personas en 41 países de Europa en 2015, una cifra ligeramente inferior a la del año anterior (1.770 muertes menos) según el, Informe sobre la calidad del aire en Europa publicado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), que ofrece datos de 2016. De ese total, 483.400 se han producido en los 28 países de la Unión Europea (UE), y en España ascienden a 38.600, un 23% más que el año anterior. Y en España, la polución del aire produce 20 veces más muertes que el número de víctimas en los accidentes de carretera.

Por último, según datos del informe de la OMS ¡No contamines mi futuro! El impacto de los factores medioambientales en la salud infantil (2017), más de una cuarta parte -1,7 millones- de muertes de niños menores de cinco años son consecuencia de la contaminación ambiental.