Aunque hay quien piensa que ya es una guerra perdida, poner cifras a lo nuestro con el plástico siempre ayuda a comprender la dimensión del reto. O de lo que estamos haciendo, que el plástico no se produce y se arroja a la naturaleza solo. 

Es parte de los objetivos del Informe Libera que la organización ecologista SEOBirdLife ha realizado junto con una unión de empresas productoras de envases. 

En este estudio se han analizado más de 100.000 residuos recogidos en distintas partes del mundo. No solo por miembros de este proyecto. También se han introducido datos de otras iniciativas similares. Los residuos analizados de modo directo por los miembros de este proyecto se refieren a muestras de un metro cuadrado por distintos entornos naturales.

El resultado es clarificador. Y alarmante. Colillas, plásticos, toallitas y otros residuos que arrojamos a la naturaleza y que permanecen ahí durante décadas. Según los autores, que aluden a otro informe, el 79% del plástico generado por los humanos en los 150 desde que se inició su producción está acumulado en vertederos y entornos naturales. En la actualidad, el 57% del plástico que se fabrica tiene el mismo destino.
 

Microorganismos embarcados

Porque seguimos elaborando productos de un solo uso o poco más. De las 407 toneladas producidas en 2015, nada menos que 146 corresponden a envases tanto industriales como comerciales y domésticos. 

El informe muestra algunos de los efectos de los vertidos de plásticos, sobre todo en los entornos marinos. Además de los ya conocidos, como que en 2050, el 99% de las aves marinas tendrán algún objeto de este material en su organismo, apunta otras consecuencias menos comentadas pero igual de graves.

Entre ellas apunta a la expansión de microorganismos en los mares. Embarcados en balsas de basura plástica acumulada, estos microorganismos pueden viajar grandes distancias y contaminar zonas en las que anteriormente no existía.