Era obvio que el confinamiento iba a reducir el consumo de combustibles, pero ha resultado tener un impacto “absolutamente inusual” en su mercado de acuerdo con un un análisis del Observatorio de la Sostenibilidad (OS), titulado Efectos de la COVID-19 en el consumo de productos petrolíferos, que ha publicado la Agencia Efe.

El informe basa su análisis en datos del mes de marzo (en cuyas dos últimas semanas ya estuvimos confinados), que ha aportado la corporación CORES que tutela el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Y en esas fechas, el consumo de combustibles se desplomó a niveles históricos: no se tenían estos registros desde 1973. Se ha producido la parada casi absoluta del automóvil y el sector de la aviación, así como una disminución de la demanda energética que ha reducido la quema de gas.

Todo ello ha supuesto una mengua de la contaminación en las ciudades debido al uso menor al habitual en combustibles fósiles asociados al transporte. Aplicando esta inercia de la primera quincena de abril, y teniendo en cuenta el periodo de cierre de las actividades no esenciales, el Observatorio de la Sostenibilidad no descarta que en abril apenas se haya consumido queroseno por la aviación, mientras que el uso de la gasolina podría desplomarse un 70 %. Se calcula que, en el caso de los gasóleos de automoción, podrían alcanzarse niveles de febrero de 1998, y en el del total de gasóleos (incluyendo los que se usan para la calefacción y sector agrario), los de septiembre de 2001. En cuanto al promedio de las reducciones del consumo de productos petrolíferos a raíz del parón selectivo del transporte, en marzo fue de un 15 %, y el porcentaje se duplicó abril.

En el caso de las gasolinas, el desplome del consumo en marzo fue del 34 %, hasta alcanzar unos niveles que no se registraban desde junio de 1973, de acuerdo con el Observatorio de Sostenibilidad. Respecto a los querosenos, la caída del consumo ha sido del 43 %, hasta situarse en niveles de febrero de 1999, y en cuanto al gasóleo para automoción, desde febrero de 2002 no se registraban valores como los actuales, tras pasarse en marzo de casi dos millones de toneladas a alrededor de 1,5 millones, con un desplome del 23 %.

El fueloil, que se utiliza principalmente en centrales térmicas en las islas, ha descendido un 37 %. El conjunto de gasóleos, que incluye gasóleo para uso en el campo y calefacciones, ha caído un 8 %. En marzo, cayeron los consumos de todos los grupos de productos, a excepción del GLP (Gases Licuados del Petróleo), menos contaminante que la gasolina, que subió un 18,3 %. El uso del gas, que habitualmente emite en torno a un 40 % menos de CO2 que el carbón, ha descendido pero de forma mucho “más discreta”, durante el confinamiento, según las cifras.