La ONU ha desterrado de su lenguaje la locución ‘cambio climático’, ahora habla de ‘crisis climática’. Una crisis que requiere acciones inmediatas y muy concretas, por ejemplo, la Cumbre de Acción Climática que convocó para ayer lunes 23 de septiembre en Nueva York (Estados Unidos), en el que han intervenido organizaciones de la sociedad civil, empresas y gobiernos de más de 60 países, entre ellos los presidentes de Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Japón, Irán, Egipto, Colombia, Nueva Zelanda y España. Todos ellos, anunciando nuevos compromisos para frenar el calentamiento global.

El objetivo final es impulsar el Acuerdo de París, puesto que el año que viene se iniciará un periodo esencial de aplicación de las medidas a las que se comprometieron en 2015 para lograr esa meta climática en 2050. En la cita de la capital francesa se acordó mantener el incremento de temperaturas por debajo de 2 ºC respecto a los niveles preindustriales, pero las emisiones de gases invernadero siguen creciendo (un 1,5% el año pasado).

Los expertos (IPCC) alertaron el mes de octubre que para contener este siglo la subida de las temperaturas en un nivel seguro (por debajo de 1,5 ºC), las emisiones de dióxido de carbono (CO2) deberían reducirse un 45% para el año 2030. Con los compromiso del Acuerdo de París (2015), los países firmantes (todos menos EE.UU) tienen de plazo hasta el fin de 2020 para mejorar los planes nacionales de acción climática.