La revista The Lancet, que analiza anualmente con un inventario los impactos del cambio climático en la salud, ha publicado el estudio "Lancet Countdown" en el que han intervenido más de cien expertos de 35 instituciones de todo el mundo, como la organización Mundial de la Salud o el Banco Mundial, y que establece un total de 41 indicadores, como la exposición de las personas a los fenómenos extremos o los compromisos políticos, para analizar qué repercusiones tiene para la salud pública mundial no cumplir las metas del Acuerdo de París.

La valoración global es que la crisis climática ya está dañando la salud de los niños del mundo, porque sus sistemas inmunitarios aún están desarrollándose y son más susceptibles a enfermedades y contaminantes medioambientales. Lo más grave, además, es que estos daños pueden tener repercusiones sanitarias toda la vida.

Así, si no se frena el aumento de la temperatura, un niño nacido este año se enfrentará a un mundo con temperaturas medias cuatro grados más altas antes de cumplir 71 años, lo que significará una amenaza para su salud a lo largo de cada etapa de su vida, según este estudio.

Por otro lado, un aumento de las temperaturas reduciría las cosechas, y por tanto, el texto prevé escasez de maíz, trigo o soja, lo cual puede tener consecuencias en forma de malnutrición. También la contaminación puede tener efecto reduciendo la función pulmonar y empeorando el asma u otras enfermedades respiratorias o aumentando el riesgo de infartos de miocardio. Por último, los datos del informe muestran que en 2018 el número de personas mayores de 65 años expuestas a olas de calor ascendió a 220 millones, y eso implica un riesgo coronario.