Llega el buen tiempo y con él muchas de nuestras las actividades preferidas como comer fuera, en una terraza o en un picnic. Con una bebida fría y sí, espantando a las moscas. Sin pensar que estos molestos insectos están contaminando nuestra comida. 

Excrementos, basura y carroña

Porque cada vez que una mosca se posa en nuestra comida está dejando miles de bacterias. Microorganismos que provienen de los lugares más asquerosos que podamos imaginar. Sobre todo, excrementos, basura y carroña. Un delicioso panorama.

Todo se debe al ciclo de vida del animal. En muchas ocasiones se alimenta de estos residuos y pone sus huevos sobre ellos para que las larvas se alimenten al eclosionar. Y eso solo es una parte. 

Porque otro elemento contaminante y ciertamente asqueroso es lo que hacen las moscas una vez se posan en nuestro alimento. Dado que no tienen dientes, las moscas segregan una encima que disuelve el alimento para ser succionado en estado casi líquido. 

300 bacterias distintas en segundos

Y no basta con que las espantemos con un gesto rápido. Una mosca común solo necesita unos segundos para dejar hasta 300 tipos distintos de bacterias sobre nuestra comida. Bacterias altamente nocivas alguna de ellas, transmisoras de enfermedades que van desde la salmonela hasta la disentería. Organismos que se adhieren a los pelos de las extremidades de los insectos para ir de un sitio a otro.

No es cuestión de generar alarma. Podremos seguir comiendo en la calle y disfrutando del Sol. Solo es cuestión de estar un poco más atentos a esos pequeños puntos negros voladores.