Winston Churchill lo tenía claro. “Soy optimista porque no veo muy práctico ser otra cosa”. Con esta frase sentenciaba que, puestos a elegir, mejor mirar siempre la vida con esperanza en lugar de con pesimismo. Y ahora sabemos que esta actitud alarga la vida

Y alarga la vida nada menos que en un 15%. Al menos esto es lo que asegura un estudio que ha necesitado de prácticamente tres décadas de análisis para llegar a sus conclusiones.

El análisis, realizado por varios institutos médicos de Boston, en Estados Unidos, afirma que el optimismo está relacionado con una longevidad excepcional tanto en hombres como en mujeres. Y para ello, se investigó las actitudes y salud de más de 70.000 personas

A cada sujeto se le fue preguntando sobre su estado de ánimo y expectativas de futuro. Sus respuestas se cruzaron después con análisis médicos. En el caso de las mujeres, el 25% más optimista vive una media de un 14,9% que el resto. En el caso de los hombres la diferencia es algo menor, aunque sigue siendo relevante. Los optimistas viven un 10,9% más que los pesimistas

Cambiar es posible

Los científicos han deducido que una visión alegre de la vida hace que el individuo sea más proclive a adoptar hábitos de vida saludables, como hacer ejercicio o cuidar la alimentación. También pueden manejar mejor el estrés al no percibir los acontecimientos futuros como una amenaza. 

Todo se basa en ser capaz de ver las situaciones a largo plazo, en lugar de agobiarse por los resultados o expectativas a corto plazo.

La parte buena es que los propios autores del estudio afirman que uno puede influir sobre este aspecto. Una persona pesimista puede convertirse en optimista con el asesoramiento adecuado. Y, de esta manera, vivir más.