A estas alturas todo el entorno científico tiene claro que hubo agua en Marte. Ahora queda por determinar cuánta. No solo si existían océanos tal y como los conocemos en la Tierra, si no también cómo eran los torrentes que recorrían las tierras emergidas

Y parece que el planeta rojo tuvo mucha más agua de la que se pensaba. Al menos, los cursos fluviales, ahora se ha descubierto que podrían ser “masivos” como han anunciado los descubridores, en concreto los expertos que analizan los datos que la sonda orbitan Mars Express

Desde 2003, miembros de la Agencia Espacial Europea, junto con investigadores rusos, han estado estudiando con detenimiento los datos e imágenes de la sonda. Ya desde hace tiempo se determinó que las cicatrices que marcan valles en la superficie marciana se correspondían con escorrentías similares a los ríos terrestres.

Valles más grandes que aquí

La conclusión adicional a la que se apunta ahora es que estos flujos marcianos eran gigantescos. Nada parecido a lo que conocemos por aquí, ni tan siquiera al compararlo con el Amazonas y Orinoco, los ríos más caudalosos de nuestro planeta. Estamos hablando de corrientes de agua que crearon valles de más de dos kilómetros de ancho y hasta 200 metros de profundidad

El siguiente paso en la investigación es tratar de dilucidar la procedencia de toda esta agua. Si se debía a precipitaciones en la antigua atmósfera del planeta, eran emanaciones de aguas subterráneas o provenían de los deshielos estacionales de los glaciales. 

Algunas de estas formaciones han resistido el paso del tiempo y la pérdida de la atmósfera del planeta vecino, como la acumulación de más de 2.000 metros cúbicos de hielo del Cráter Kolorev de más de 80 kilómetros de diámetro, también fotografiado por la Mars Express.