Con la escasez de producto y esto de no poder salir, son muchos los que han tirado de creatividad y empeño para hacer sus propias mascarillas antivíricas. Y aunque no se ha demostrado que sean igual de efectivas que las que compramos, un estudio que han realizado investigadores de la Universidad de Chicago y publicado en ACS Publications señala una serie de materiales como los ideales para hacerlas, al ser los que más nos protegerían ante esas gotículas que expulsamos al toser, estornudar o hablar, en distintos tamaños.

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Así, han analizado el algodón, la seda gasa, la franela y varios sintéticos como materiales alternativos, así como la mezcla de varios de ellos en una misma mascarilla. Y han probado su resistencia frente a partículas de entre lo 10 nanometros y los 10 micrometros. Como primera conclusión, el estudio explica que existe una gran diferencia entre usar una o dos capas en la mascarilla, sea ésta del tejido que sea. Esta variación es de entre un 5% y un 80% en partículas menores que 300 nanometros, y de un 5% a un 95% en partículas mayores que 300 nanometros.

El análisis revela que una capa de una sábana de algodón bien tejida combinada con dos capas de gasa de poliéster-spandex, una tela transparente que se usa a menudo en vestidos de noche, filtra la mayoría de las partículas de aerosol (80-99%, dependiendo del tamaño de partícula), con un rendimiento cercano a la de un material de máscara N95, según informa Europa Press. Asimismo, sustituir la gasa con seda natural o franela, o simplemente usar una colcha de algodón con guata de algodón y poliéster, produce resultados similares.

En suma, la combinación del algodón con los otros tejidos puede ser una de las mejores opciones a la hora de elaborar mascarillas caseras. Sin embargo, los investigadores subrayan que es fundamental evitar las fugas causadas por un ajuste incorrectso de las mascarillas, ya que puede suponer una reducción del 60% de su eficacia.