No paramos de oír, y de decir, que la Inteligencia Artificial es el futuro. Que muy pronto, esos sistemas nos harán la vida más fácil. Harán muchas de las tareas laborales y domésticas. Que incluso conducirán nuestros coches. Pero algunos indicios nos cuentan que quizá tengamos que esperar un poco más.

Es lo que concluye un estudio conjunto de las universidades de Berkeley, Washington y Chicago. Juntas han creado un catálogo de imágenes de las más variadas temáticas llamado ImageNet-A. Un álbum de fotos que reúne cerca de 7.500 imágenes.

El siguiente paso fue mostrar las imágenes a distintos sistemas de inteligencia artificial para que detectara y describiera el contenido de las instantáneas. Y el resultado fue sorprendente. 

Los sistemas fueron incapaces de reconocer un buen número de imágenes. Incluso catalogaron mal muchas otras. En algunos casos, mariposas fueron definidas como un electrodoméstico, insectos como frutas o cocodrilos como pájaros. 

Todo es lo mismo para la IA

Los expertos tratan de encontrar la explicación a estos fallos como primer paso para resolverlos. Su primer acercamiento es que la inteligencia artificial está lejos de se inteligente. Inteligente en el sentido de ser capaz de extrapolar. De distinguir y discriminar.

Es decir, si la inteligencia artificial identifica una rueda como un camión, es muy probable que tienda a identificar como camiones todas las ruedas que vea.  

Los expertos en cualquier cosa consideran que la inteligencia artificial está evolucionando a muy buena velocidad. Pero son conscientes de que hoy por hoy sigue siendo peligroso encargarle cometidos muy relevantes, mucho más aquellos que están relacionado con nuestra vida, como aspectos sanitarios o, más sencillamente, conducir un coche.