El alcalde de Málaga del PP está convencido de que la ciudad es suya y solo suya. Le pasa como a Fraga cuando decía: “La calle es mía”. Cuando gobierna el PP se creen dueños de todo y con derecho a todo. No gobiernan para los ciudadanos, sino imponen sus decisiones a los ciudadanos. Francisco de la Torre, contra el criterio de los vecinos de todo un barrio, ha privatizado uno de los mayores parques de Málaga, el del Oeste, para que una empresa privada haga negocio con un espectáculo de luces, el Festival de las Linternas chino.
Recordemos que el Parque del Oeste lo hizo un alcalde socialista, Pedro Aparicio, para darle un espacio verde al distrito Carretera de Cádiz, para el ocio y disfrute de los vecinos y ahora un alcalde del PP, Francisco de la Torre, lo privatiza para hacer caja.
El pasado domingo hubo una nueva protesta de los vecinos del Parque del Oeste contra la ocupación de este recinto público. Se niegan a abandonar su parque y el descontento crece. Ya se han manifestado en varias ocasiones y van a seguir al pie del cañón, para defender lo que es suyo. Denunciando que su parque ha quedado secuestrado para beneficio de una empresa privada que impone precios prohibitivos. No se van a amilanar por muchos policías que envíe allí Francisco de la Torre.
De verdad la prioridad del alcalde del PP de Málaga es llevar a cabo un fuerte despliegue de Policía Local compuesto por numerosos agentes de seguridad para facilitar el acceso a quienes quieren ver un espectáculo de luces, que mantiene tapiado con madera oscura medio parque del Oeste ¿Por qué no destinan todos estos agentes a mejorar la seguridad ciudadana de todos los malagueños y malagueñas?
Los vecinos defienden que los jóvenes puedan seguir haciendo deporte; poder disfrutar de su amplio parque; poder pasear a su perro y que sus mayores puedan sentarse en sus bancos. Defienden el derecho a su parque, frente a un alcalde que lo ha ocupado para hacer negocio durante varios meses. Como jalean los vecinos: “Es nuestro parque, no tu negocio”.
Francisco de la Torre ha secuestrado el parque. Ha ocupado el 44% del Parque del Oeste. Ha cerrado 33.700 de los 73.000 metros cuadrados de los que dispone para el disfrute de los vecinos, con el objetivo de que el Ayuntamiento ingrese más de cuatro millones de euros, a costa de quien pueda pagarlo, porque el precio de las entradas oscila entre 15 y 20 euros para unos 25 minutos de espectáculo luminoso.
Por eso los vecinos continúan con la protesta, para defender uno de los pocos espacios verdes de los que dispone la ciudad de Málaga. Y lo hacen con lemas como “No queremos vallas, queremos que se vayan” o “Paco, Paco, ¿dónde están los patos?”, en referencia al alcalde del PP y las numerosas especies animales que hasta ahora había en dicho parque.
El alcalde de Málaga del PP pensaba que, dándole un par de entradas a algunos vecinos compraría su silencio. Se ha equivocado totalmente. Muchos malagueños y malagueñas ya están cansados de que el PP abuse de su mayoría absoluta.
Pero dentro de los efectos de esta decisión tomada a solas por el PP sin consultar con nadie, también cabe denunciar el impacto ambiental del espectáculo, puesto que las luces deslumbran, perturbando el equilibrio del entorno natural, así como el descanso de los vecinos de la zona.
El contraste entre las luces del Festival y la oscuridad en otras áreas de la ciudad es tremendo. Mientras se destinan recursos y energía para iluminar las linternas de colores, muchas instalaciones deportivas de muchos barrios de Málaga carecen de iluminación adecuada. Muchas pistas deportivas donde los jóvenes juegan a fútbol o baloncesto, tras el horario escolar, permanecen sumidas en la oscuridad en cuanto se va el sol.
Ahora en invierno, a las seis de la tarde ya es de noche y los jóvenes están obligados a abandonar la actividad física porque no encienden los focos. Aunque el PP siempre tiene una alternativa, que estos jóvenes se vayan a instalaciones deportivas privadas, eso sí, pagando, ¿y el que no pueda pagarlas?
Pero las pocas luces del PP van más allá. Y encuentran eco en el principal problema que tienen hoy los jóvenes y muchas familias en Málaga, la subida descontrolada de los precios de la vivienda. Málaga se ha convertido en una de las ciudades más caras de España para alquilar o comprar una vivienda. Un bajo de 30 metros cuesta ya 225.000 euros o se alquila por mil euros al mes.
Francisco de la Torre ha decidido que sólo los millonarios puedan vivir en Málaga, mientras expulsa a los jóvenes de la ciudad. El PP en Málaga apuesta por la construcción de pisos a precios prohibitivos que en algunos casos superan el millón de euros. ¿Quién puede pagar estos precios desorbitados? ¿Estas son las “luces” del alcalde del PP?
Y es que, en los últimos meses, Francisco De la Torre no ha estado muy lúcido. Porque ahora también se ha hecho “negacionista”. En la última DANA en Málaga se marcó “un Mazón”. Con Málaga inundada y en aviso rojo por lluvias, con el río Guadalmedina crecido a punto de desbordarse, los arroyos Jaboneros y La Caleta bajando al mar con enorme furia y un importante caos en muchas calles anegadas; al alcalde de Málaga del PP, solo se le ocurrió asegurar ante los medios de comunicación que: “No veo motivos en la ciudad de Malaga para este tipo de alarmas”.
Las luces del Parque del Oeste no pueden ocultar las enormes sombras de una ciudad que se está volviendo insostenible. Málaga necesita al frente una gestión más responsable, más cerca de los problemas reales de los ciudadanos, escuchando más a los malagueños y donde no se anteponga siempre el negocio a los derechos de la gente. Pero al PP y a Francisco de la Torre nada de esto les importa, porque hace tiempo que perdieron el contacto con la realidad de los malagueños.