Patricia Conde continúa sus problemas con Hacienda en los tribunales. En el año 2019, la presentadora debía casi 1,9 millones de euros porque, según explicaba ella misma, diez años antes tibutó "con arreglo a un criterio que no comparte”. Es decir: pagó sus impuestos a través de sociedades personales.

Ahora, la presentadora acaba de sufrir un nuevo revés judicial. Y es que, tal y como informa ‘El País’, Conde acaba de perder un juicio contra Hacienda. Y es que la Audiencia Nacional ha desestimado el recurso presentado por la humorista respecto a las declaraciones del IRFP de los años 2007, 2008 y 2009, acusándola de “defraudación consciente y voluntaria”.

La inspección que la Agencia Tributaria realizó a Patricia Conde en sus declaraciones del IRPF de esos años, le supuso una serie de regularizaciones y multas que superaban el millón ochocientos mil euros. Según la inspección, la presentadora habría deducido de forma irregular el IVA de una serie de gastos personales, como tratamientos de belleza, peluquería, perfumes o ropa. E incluso gastos de la reforma de su piso en la urbanización de La Moraleja en Madrid.

Patricia Conde recurrió la última multa impuesta en 2019 alegando que sus reformas en la casa eran para “establecer allí su sede social para su actividad de representación de artistas. Así como para ubicar allí su estudio de grabación, producción y show room para eventos publicitarios”.

Algo que la Audiencia Nacional no cree porque acaba de tumbar el recurso. “El resultado ha sido provocado por una defraudación consciente y voluntaria”, dice la inspección. Además, señala a Patricia Conde como morosa de 1,1 millones de euros en este momento.

Según la Administración, “la nula o ínfima remuneración de dicha sociedad a favor de la socia- administradora, a pesar de que ella genera todos los ingresos sociales, han permitido la obtención de una ventaja fiscal indebida y el consiguiente perjuicio para la Hacienda Pública”. Es decir, la presentadora pasaba como gastos laborales aquellos que eran exclusivamente personales, como los de belleza o ropa.