El periodista Iñaki López, en su habitual tono crítico contra las salidas de tono, ha dejado las cosas claras a la que fuera presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, después de que esta culpara al PSOE del Golpe de Estado de 1936 y el inicio de la Guerra Civil Española.

Así, el presentador ha lamentado el “revisionismo recurrente y barato” de la antigua responsable de Sol, quien “descarga la responsabilidad del golpe de Estado de un grupo de militares traidores con la ayuda militar y económica de las potencias fascistas de la época: la Italia de Mussolini y la Alemania nazi de Hitler”. “Casi nada”, ha dictado en tono de reprimenda en la red social X, antigua Twitter.

Aguirre, en un golpe ataque completamente injustificado a la historia y a la memoria democrática, ha justificado el golpe de Estado perpetrado por el dictador Francisco Franco y ha situado al PSOE como el partido por el que dio inicio la Guerra Civil de nuestro país.

En un adalid de incongruencia, la antigua líder de Sol ha asegurado ante miembros de Nuevas Generaciones (NNGG), el sector juvenil del PP, que los socialistas no aceptaron la victoria de la derecha en las elección de 1933, lo que a la postre provocaría el enfrentamiento y una suerte de “golpe de Estado del 34”, en referencia a la huelga general revolucionario, también conocida como Revolución de octubre de 1934.

El pasado domingo, coincidiendo con al aniversario de la II República y en el marco de un acto titulado II República, ¿algo que celebrar?, la expresidenta no tuvo reparo en señalar que el origen del golpe de Estado perpetrado por las tropas franquistas se encontró en el PSOE porque la formación no respetó, dicta, los resultados electorales.

Así las cosas, según Aguirre, la derecha “arrasó” en las urnas, lo que provocó que la izquierda se levantara en un “golpe de Estado” anterior; en 1934, que en realidad fue una huelga general revolucionaria. Sin embargo, la antigua política popular refrendaba que este fue el “origen” del conflicto bélico ya que “el PSOE no aceptaba la alternancia en el poder” y, como consecuencia, “hace el golpe de Estado del 34”. “Se llamó la Revolución de Asturias, pero fue un golpe de Estado”, opinaba.

Nada más lejos de la realidad, basta hacer una rápida revisión a la historia para desmontar la tesis de Aguirre. Para empezar, porque la derecha “no arrasó” -obtuvo el 40,7% de los votos- y para seguir porque aquella revolución en ningún caso podría tacharse de Golpe de Estado.