Los caminos de Froilán y todo lo que le rodea son inescrutables. Después de años de escándalos y excesos –sentirse intocable ante la ley es lo que tiene-, Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de Marichalar y Borbón parece que esta vez sí que sí está dispuesto a sentar cabeza. Y es que, tal y como adelanta el periódico 'La Razón', el nieto mayor de los reyes eméritos tiene un nuevo trabajo: nada más y nada menos que formar parte de la comisión que está encargada de la organización de la Cumbre del Clima que impulsa Naciones Unidas, la COP28, y que se celebrará en Dubái (Emiratos Árabes) entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre de este año.

En concreto, según apunta el citado medio, Froilán se siente muy “valorado y motivado” en su nuevo trabajo y está dispuesto a ejercerlo con la máxima profesionalidad para dejar detrás, de una vez por todas, esa fama de bandido que le precede. En cuanto al cómo ha podido el hijo de la infanta Elena y de Jaime de Marichalar acabar desempeñando esta importante labor, lo cierto es que la respuesta es bien sencilla: la gran confianza que tiene su jefe, el sultán Ahmed Al Jaber, en él.

En este sentido, cabe recordar que Froilán reside desde hace más de tres meses en Abu Dabi, al igual que el rey emérito, después de que la Familia Real se cansara de que constantemente su nombre apareciera en polémicas por su ajetreada vida nocturna. Así, poco tiempo después de su llegada a una de las regiones más ricas del Golfo Pérsico, Froilán conseguía un trabajo en la petrolera Abu Dabi National Oil Company (ADNOC), la doceava mayor productora de petróleo del mundo. Un trabajo que, a su vez, le ha abierto la puerta a formar parte de la nómina de la ONU, puesto que su jefe, el propio Al Jaber, es la persona encargada de supervisar la próxima ronda de negociaciones climáticas globales como presidente de la COP28.

¿Puede una petrolera nacional dirigir las negociaciones de la Cumbre del Clima? A priori cualquier persona con dos dedos de frente podría pensar que esto supondría claramente un conflicto de intereses. Sin embargo, Naciones Unidas no lo ve así y no ha puesto impedimento alguno, pese a la alta contaminación que provoca tanto la explotación del petróleo como la del gas. Claro que, sería raro que estos dirigentes ahora pusieran el grito en el cielo por esta doble moral, cuando son los mismos que llegan a las cumbres climáticas en sus aviones privados para pedir más y más esfuerzos a la población general.

Froilán y Juan Carlos I, cada vez más cerca

Por otra parte, La Razón también destaca que desde que Froilán se marchara de España rumbo a Abu Dabi, “la complicidad” entre abuelo y nieto ha ido creciendo exponencialmente a media que han ido pasando más y más tiempo juntos. Y es que, siempre según el citado medio, ambos se han dado cuenta de que, pese a la diferencia de edad que existe entre los dos, Juan Carlos I y Froilán tienen un sentido del humor muy parecido y gustos similares. De hecho, siguen con bastante asiduidad lo que ocurre en España, en especial en el terreno de los deportes. De esta manera, a nadie cercano a ambos les sorprende cuando les ve juntos mirando carreras de Fórmula 1 o motociclismo o siguiendo algún partido de fútbol.

Ecologistas denuncias que prevalece el interés económico al cambio climático en la COP28

Por otra parte, y al hilo de lo que se exponía en las líneas anteriores sobre los conflictos de intereses de la Cumbre del Clima que no ve la ONU, cada vez con más las voces que critican que en el cónclave prevalece más el interés económico al cambio climático. En este sentido, la ONG Ecologistas en Acción ha denunciado que la “pugna por la hegemonía mundial" está bloqueando "importantes" avances en materia de mitigación del cambio climático y que las posiciones están en este momento "muy enfrentadas" en el programa de trabajo de mitigación, lo que pone "en riesgo” un acuerdo satisfactorio.

Además, destaca que los países del sur están también denunciando que la prometida financiación climática no está llegando a pesar de ser necesaria, por lo que "se está dejando de lado la solidaridad internacional" y se pone "en jaque" la lucha climática.

De hecho, precisamente en la COP27, que se celebró en Egipto, se acordó crear un plan de trabajo de mitigación y poner solución a las barreras tecnológicas, administrativas y financieras de cara a avanzar en la transición energética mundial y en particular que diera garantías reales a los países en desarrollo sobre su acceso a la alimentación, a la energía y a una vida digna.

El bloqueo, según el análisis de Ecologistas, se basa en las diferencias respecto a los contenidos de dicho programa, una situación "agravada" por el conflicto por la hegemonía mundial entre Estados Unidos y China, junto a la "complicidad de países productores de petróleo" como Arabia Saudí o Rusia, que se "niegan" a cualquier reducción del consumo de combustibles fósiles.