El periodista José Luis Sastre, valenciano de nacimiento, ha pronunciado unas palabras especialmente emotivas al principio del Hoy por Hoy de este miércoles. Lo ha hecho, no tanto en calidad de profesional, como sí de persona que pertenece a la terreta y encarnando unas palabras que bien pueden servir a cualquiera, pero sobre todo a quienes se sienten parte del enclave mediterráneo, hoy con el corazón en un puño por la peor DANA que se recuerda.

El informador ha reconocido a los micrófonos de la Cadena Ser que desconocer si “somos conscientes de la magnitud” de lo sucedido en las últimas horas; un temporal que se ha cobrado más de 50 vidas y deja innumerables desaparecidos.

Sastre, vecino de una de las comarcas más afectadas por las lluvias torrenciales, ha relatado la realidad de ser habitante de la ciudad del Turia y el conjunto de esa zona. En “mi país, la lluvia no sabe llover”, introducía Àngels Barceló, rememorando una histórica canción, y Sastre le daba la razón.

Un temor de generación en generación

“Yo he crecido en un pueblo que tiene en la plaza y en las paredes placas de ‘Hasta aquí llego la riada’, ‘Hasta aquí llegó la Pantaná’ (de Tous) (…) Y estamos habituados a eso”, cuenta. Una realidad que, ya no solo a quien haya estado poco en Valencia, sino, directamente, a quien no sea de allí, es complicada de explicar.

“Hay gente en mi pueblo que cuando empieza a llover cuatro gotas duermen con la mano tendida en el suelo, aunque sea una tercera planta”, relata Sastre, calificando el escenario de “un temor que está metido en muchas generaciones y lo llevamos dentro”.

Hay gente en mi pueblo que cuando caen cuatro gotas duerme con la mano tendida en el suelo

Aún y con todo, sostiene que él “no recuerda una situación así”, tan “extrema” y en “tantos lugares a la vez” y con “tanta intensidad”. “Claro que recuerdo grandes torrenteras de agua, pero son siempre en un municipio (…) Muchas veces decíamos ‘fíjate, en este pueblo, pero en el de al lado ni siquiera ha habido daños en los cultivos”.

“Yo no recuerdo nada así, ni que me lo hayan contado, además con tornados, gente subida en los camiones… Son lugares en los que hacemos la vida”, proyecta en referencia a algunos puntos concretos. “Es una sensación terrible la de estar mirando el móvil continuamente para que te legue el Whatsapp de los tuyos para que te digan que están bien”, concluye.