Si hay un proyecto de Gobierno atacado por la derecha y la ultraderecha ese es la llamada Agenda 2030. Sin embargo, de vez en cuando se escuchan voces reconocibles del mundo de la sociedad o de la cultura que muestran su descontento contra un plan que es a favor de las personas o el medio ambiente. Es el caso del actor Imanol Arias, que ha cargado contra este programa de desarrollo sostenible, llegando incluso a decir que no bebe agua del grifo porque le "envenenan". El protagonista de Cuéntame cómo pasó también ha hablado de sus problemas con Hacienda.

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Imanol Arias da una entrevista

El famoso actor se encuentra inmerso en la promoción de su nueva obra de teatro Mejor no decirlo y una de sus paradas mediáticas ha sido con el medio argentino Infobae. Tras cerrar el ciclo de la longeva serie Cuéntame cómo pasó, en la que dio vida al icónico Antonio Alcántara, el intérprete leonés se ha subido a los escenarios y a los platós para hablar de su nuevo proyecto. Así, ha hablado de su vida, su infancia, sus padres o de actualidad y de sus polémicas con Hacienda en nuestro país.

Durante la entrevista con el citado medio, Arias ha querido realizar un repaso a toda su vida, muy ligada al mundo de la interpretación y que ya desde muy pequeño sabía que quería estar en el mundo actoral pese a que no se lo pusieron muy fácil. De hecho, su padre le puso algunas piedras en el camino, pero eso le hizo ser el hombre que es hoy en día. "Mis padres no me besaban. Por lo tanto yo soy un hombre lleno de afecto, necesitado de abrazos", ha llegado a reconocer.

Sin miedo a ir a la cárcel

Así, el actor se ha abierto en canal para afirmar que ha echado de menos más cariño por parte de su padre, pero también ha hablado de otros temas, como de la movida madrileña, de sus problemas con las drogas en esos tiempos así como de sus problemas con Hacienda. "Me han pedido 28 años de cárcel por malversación", ha puntualizado durante la conversación con el periodista Sebastián Soldano.

Preguntado por si alguna vez ha tenido miedo de ir a prisión, el actor ha asegurado que no tiene miedo aunque sí ha reconocido que le daba pánico el hecho de agotarse dentro de la cárcel así como de ponerse enfermo. Con todo, es optimista y cree que su proceso en España se va a arreglar pronto y que no tendrá que pasar por esta complicada situación, que ha tildado de "cáncer moral".

Además, este proceso judicial le ha permitido, según sus propias palabras, descubrir cómo son y funcionan los medios de comunicación. Tanto es así que asegura que ha dejado de mirarlos. "Ya no leo. No me interesan para nada las noticias. No leo periódicos, me entero de otra manera", ha dicho, admitiendo un hecho al estilo refrán 'ojos que no ven, corazón que no siente'.

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Carga contra la Agenda 2030

Con todo, el actor sí ha querido reconocer y mostrar su respeto hacia las redes sociales y hacia el futuro, del que ha dicho está lleno de incertidumbres pero con una certeza para él mismo. "Soy longevo, pero no voy a llegar a que me metan el chip aquí. La transhumanización la voy a ver venir y creo que me va a servir mucho más como artista que como persona, porque como persona no la voy a sufrir", ha asegurado en la entrevista con el medio latinoamericano.

Estos puntos son los que le han servido para cargar contra la conocida como Agenda 2030, "un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia", según destaca el Ministerio de Derechos Sociales. Pero para Arias este no es positivo, sino todo lo contrario. 

"Si me recomiendan ahora mismo que beba agua del grifo, no la bebo porque sé que me envenenan. Somos unos vasallos felices metidos en una tecnología que nos facilita las cosas y que trabajamos para ella porque lo más importante no es lo que nos facilita, sino lo que nos conoce y lo que nos transforma", ha dicho, mostrando su negacionismo a este proyecto europeo que tiene, entre sus objetivos, alcanzar el fin de la pobreza, la reducción de las desigualdades o tomar una acción por el clima.

No bebo agua del grifo porque me envenenan

Y es que, según su versión, seguir las directrices de los gobiernos va a llevar a la humanidad a un punto de no retorno. "Creo que vamos a ser la sociedad más sumisa y más infeliz de toda la historia de la humanidad. Eso sí, con grandes logros y con grandes tipos rarísimos multimillonarios en lo tecnológico que se han adueñado del espacio, de la medicina, de la alimentación, del transporte e incluso de la moral", ha considerado.

 

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