Las decoración de Halloween en la Casa Blanca, dirigida por la primera dama Melania Trump, ha generado un intenso debate en Estados Unidos y en las redes sociales. Con el emblemático edificio lleno de calabazas para celebrar la tradicional festividad, numerosos usuarios han criticado la acción como insensible, dado que millones de estadounidenses se enfrentan a la pérdida de beneficios alimentarios en medio del cierre del gobierno. La polémica se ha intensificado especialmente en redes sociales, con comentarios que cuestionan la priorización de la celebración sobre la ayuda a los más necesitados.
La polémica detrás de la decoración
La primera dama ha compartido en Instagram una fotografía de la fachada con docenas de calabazas frescas, un gesto que algunos han considerado de mal gusto en el contexto político económico actual del país. En defensa de la iniciativa, la Casa Blanca ha indicado que el presidente Donald Trump y la primera dama desean que las familias disfruten de Halloween, y es por ello que la celebración incluirá la participación de la Asociación Internacional de Productos Frescos (IFPA), que aportará 7.500 manzanas de Washington y Nueva York, junto con calabazas que luego serán donadas a organizaciones como DC Central Kitchen.
Aun así, la decisión provocó indignación en internet. Usuarios en X han criticado duramente la elección de usar alimentos para la decoración mientras millones de personas corren actualmente el riesgo de pasar hambre: “Genial, lástima que millones de personas pronto no tendrán comida”, ha comentado un usuario. Otros han sugerido que los productos podrían haberse destinado a familias necesitadas. La controversia también ha revivido comentarios previos de la primera dama, quien en 2018 fue grabada cuestionando la tradición de decorar la Casa Blanca.
Las ayudas alimentarias y el cierre del gobierno
La controversia sobre las decoraciones de Halloween se produce en paralelo a la crisis de las ayudas alimentarias en Estados Unidos. El Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), que beneficia a aproximadamente 42 millones de estadounidenses de bajos ingresos, se enfrenta a interrupciones debido al cierre del gobierno que empezó el 1 de octubre, el segundo más largo en la historia del país.
El Departamento de Agricultura (USDA) informó que no se distribuirán los beneficios del SNAP el 1 de noviembre, aumentando la presión sobre las familias afectadas. La administración Trump decidió no recurrir a unos 5.000 millones de dólares en los fondos de contingencia, argumentando que estos recursos están reservados para emergencias y desastres naturales, y no para cubrir los pagos del programa. Un aviso del Departamento de Agricultura de Estados Unidos señaló que "en este momento, no se emitirán beneficios el 1 de noviembre. Nos estamos acercando a un punto de inflexión para los demócratas del Senado".
El presidente Trump por su parte responsabilizó a los demócratas de la interrupción: "Todo lo que los demócratas tenían que hacer era firmar", indicó. El USDA aclaró que los fondos de contingencia "solo están disponibles para complementar los beneficios mensuales regulares cuando se han asignado los montos correspondientes", y que usarlos para el SNAP restaría recursos a otros programas como WIC."
Algunos comentaristas conservadores pidieron incluso eliminar el SNAP. Matt Walsh, de The Daily Wire, escribió: "El programa EBT debería abolirse por completo. El 95 por ciento de las personas que lo reciben podrían alimentarse fácilmente por sí mismas. Simplemente no tienen ganas de hacer el esfuerzo. El otro 5 por ciento puede recurrir a organizaciones benéficas, comedores sociales, campañas de recogida de alimentos, iglesias, etc. El programa es un desastre. Hay que eliminarlo". Otro crítico comentó: "¿Por qué demonios estamos dando cupones de alimentos a 40 millones de personas? ¿Es que ya nadie trabaja?"
Frente a esto, defensores de las ayudas señalaron la importancia del SNAP para millones de familias. El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, afirmó: "Mi fe me enseña que la comida da vida y está destinada a ser compartida. Desde el milagro de los panes y los peces hasta la Última Cena, estamos llamados a alimentarnos y cuidarnos unos a otros".
Alrededor de 40 millones de estadounidenses reciben actualmente beneficios SNAP, y la interrupción de estos pagos podría afectar a sectores especialmente vulnerables, incluidos niños y personas mayores.
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