Son muchas las personas que aprovechan el tiempo libre en verano para ir a la piscina o a la playa, tomar el sol y meterse de cabeza en el agua. A la hora de preparar la mochila para ir a alguno de estos lugares, llevamos el móvil con nosotros. Sin embargo, esta acción puede ser perjudicial para nuestro dispositivo y las consecuencias de dejarlo durante horas bajo el sol pueden ser negativas.
Las altas temperaturas no son buenas para ningún aparato electrónico y, muchas veces no llevamos sombrilla o no escondemos el móvil para que no le den de manera directa los rayos del sol. Algunas de las consecuencias a las que se expone el teléfono es que su rendimiento se puede ver afectado, que el calor puede ablandar el pegamento de las ‘capas’ por el que está compuesto y que puede perjudicar a las pantallas, que están hechas de cristal líquido.
Consejos para protegerlo del sol
Algunos de los consejos para poder proteger el móvil si lo llevamos a la playa son:
1. Evitar que le dé la luz directa del sol: Hay que ponerlo bajo una sombrilla o dejarlo dentro de la mochila
2. Tratar de mantenerlo apagado durante el mayor tiempo posible
3. No usar apps que hagan trabajar mucho a la CPU o al GPS.
¿Solo afecta el sol?
Además de las altas temperaturas, el agua de la playa o de la piscina también puede dañar nuestro dispositivo móvil. En la actualidad, muchos smartphones cuentan con una certificación de resistencia al agua y al polvo. Sin embargo, no todos los móviles disponen de esta ventaja.
También la arena puede ser muy perjudicial. Esto se debe a que puede entrar por cualquier orificio del dispositivo móvil con total facilidad y provocar que los circuitos internos comiencen a fallar.