Si has intentado comprar la nueva XBox Series o la PS5, de las que te hablábamos cuando analizamos la guerra de las consolas, lo más probable es que no hayas sido capaz, porque no hay existencias. Se pueden encontrar, a precios mucho más elevados de los oficiales, en tiendas de reventa u otras poco recomendables.  

Todo, por culpa de los scalper bots, los robots que navegan por internet en busca de artículos con alta demanda y baja oferta que adquirir para luego revender. Y de momento parecen estar ganando la partida.  

Las marcas no quieren que la experiencia de compra mate el engagement 

Picaresca 

“Está claro que la tecnología y la picaresca siempre irán por delante, pero las marcas son las primeras interesadas en que el consumidor conecte emocionalmente con ellas, con lo que no les interesa que la experiencia de compra mate el engagement. En un mundo ideal, las marcas estarían encantadas de que todo el mundo pudiese comprar todos sus modelos”, explica Alejandro Cerqueira, experto en comunicación y autor del blog especializado en zapatillas Sneakerism

Las marcas y las tiendas han ido estableciendo controles y sistemas para tratar de evitar esta práctica y, sobre todo, de minimizar el impacto negativo que tiene en la satisfacción del cliente final: “Los raffles son sorteos bajo registro para garantizar que la venta sea aleatoria; también se han desarrollado apps específicas para la venta o métodos más originales como los que llevan a cabo algunas tiendas que venden de manera física, por ejemplo obligar al comprador a salir con las zapatillas puestas, ya que al estar usadas pierden valor de reventa”. 

Es un cambio en los hábitos de consumo 

Acaparar 

Acaparar productos para luego venderlos a mayor precio no es nada nuevo. Viene heredado del mundo pre-digital. Cuando las entradas para un concierto –o un partido de fútbol- se vendían en papel y en una taquilla, siempre había un listo –un grupo de ellos, en realidad- que compraban todas las que podían, para luego revenderlas.  

Sin embargo, una PlayStation 5 no es una pieza de coleccionista: “Creo que es algo que va más allá del concepto de early adopter y se trata de una cuestión más ligada a un cambio en los hábitos de consumo y, quizás, las nuevas generaciones. Además es curioso cómo las videoconsolas se están vendiendo también en plataformas especializadas en compraventa de zapatillas”, dice Cerqueira. 

La aparición de bots en el mundo de la reventa era inevitable 

Culpables, los bots 

La culpa, por supuesto es de los scalper bots, la versión sofisticada de la reventa de toda la vida: “Desde que existe el concepto de coleccionismo ligado a bienes de consumo que se comercializan en tiradas limitadas y cuentan con un grupo de gente detrás dispuesto a pagar un precio mayor al de venta original”. 

La llegada de internet hizo que el modelo se adaptase a la oportunidad que suponía la aparición de espacios como los foros de debate, “que permitían entrar en contacto a aficionados de todo el mundo, tipo NikeTalk”, relata Cerqueira.  

La aparición de bots en el mundo de la reventa era inevitable. De hecho, durante años fue prácticamente imposible encontrar entradas para cualquier espectáculo de éxito a su precio nominal. Pro eso, en 2016 el Congreso de Estados Unidos aprobó la ley ‘Better Online Ticket Sales Act of 2016’ [Mejor venta de entradas online], también conocida como Ley de BOTS.  

Como explica Cerqueira, ese nuevo marco legal sirvió para el éxito de proyectos como “StockX, una plataforma que actúa de intermediaria en el proceso de compraventa (validando la autenticidad de la zapatilla y garantizando que la transacción de produce con éxito) y que a día de hoy es una auténtica institución en la industria”. 

Así que, ya lo saben: si estas fiestas no hay PS5 ni XBox Series, culpen a los bots. La tecnología tiene sus ventajas, como comprar desde casa o comparar precios, pero este es el peaje que tenemos que pagar... nunca mejor dicho.