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Si hablamos de Personal Digital Assistant, seguramente a muchos ni les suene. Sin embargo, si en su lugar utilizamos sus iniciales, PDA, entonces seguro que ya son más a los que les resulte familiar. Las PDA eran aparatos diseñados en un primer momento como agendas electrónicas o mini ordenadores que causaron furor hace no muchos años.

Se habló por primera vez de Personal Digital Assistant en el mundo en el año en que España acogía los Juegos Olímpicos de Barcelona. Fue comercializada bajo la denominación de Apple Newton y se convirtió en un estrepitoso fracaso para la marca de la manzana que decidió retirar del mercado aquel artilugio apenas unos años después.

A pesar del fiasco, hay que señalar que aquella PDA contaba con todas las herramientas que exigía su denominación, además de ciertas opciones táctiles y de conectividad a redes vía módem.

La sincronización y el lápiz
Si hay un aspecto que es significativo e inherente a este tipo de organizadores tiene que ver con la función de sincronización de sus datos con el ordenador personal. Porque para eso se compraba uno la PDA, para estar todo el día escribiendo en ella las cosas que hacer y sincronizarla con la computadora para que nada se perdiera.

Asimismo, otro elemento que ha acompañado a las PDA desde su aparición, y que es fundamental para su uso, es el lápiz, que supuso a su vez una revolución. Por entonces, sin duda, parecía muy chic escribir con el lápiz  aunque en la agenda de uno poco o nada tuviera que apuntarse.

Palm, la marca
A principios de aquella década de los noventa aparece una marca cuyo nombre se utilizaría tanto o más que el propio del aparato en cuestión. Se trataba de la Palm (Pilot, fue la primera), un tipo de agenda o mini ordenador creado por Pal Inc. Lo cierto es que a lo largo de poco más de una década, como marcaban los cánones comerciales y económicos de las empresas de desarrollo tecnológico, la compañía fue vendiendo acciones y por su organigrama, bien pasaban diferentes sociedades, bien se resquebrajaba mediante la separación de sus diferentes divisiones ¡Eran los años de la burbuja de las Puntocom!

Tras muchas operaciones, finalmente en 2010 cayó en manos de Hewlett-Packard, que después de pasar el nuevo sistema operativo WebOS a LG, puso de manifiesto su poca atracción por las Palm. Esta acción empresarial la completaron los directivos desde su sede de Palo Alto con la venta de más de 2.000 patentes a Qualcomm.

Antecedente de muchas cosas
Más allá de los vaivenes empresariales, sin duda alguna, estas agendas se pueden considerar precursoras de muchos de los artilugios que, con el paso de los años, han ido llegando al mercado. Si sobre esto pueden existir dudas, a pesar de las similitudes con los actuales Smartphone, por ejemplo, con los que comparten hasta diseño, qué decir de muchas de las opciones y herramientas de las PDA que ahora son habituales en muchos de los dispositivos móviles.

A lo largo de esta información hemos hablado de la PDA en pasado, como si hubiese dejado de fabricarse, algo que no es cierto. Lo que ocurre es que la mayor parte de las posibilidades de organización y sincronización que ofrecen, han sido ampliadas y mejoradas por los teléfonos y demás aparatos móviles de última generación.

Sin duda, las PDA o Palm marcaron un antes y un después en lo que mini ordenadores se refiere. No obstante, su reinado (por decirlo de alguna manera) fue efímero y duró hasta la llegada de los primeros artilugios que se aprovecharon de muchas de sus funcionalidades para mejorarlas. Sin embargo, en nuestra retina quedarán aquellas visitas al supermercado en las que, por una parte, se veía a los tradicionales con su lista en papel de la compra y, por otra, a los modernos con su Palm apuntando con su lápiz lo que iba metiendo en el carro ¡Cómo han cambiado las cosas! O no…