Debo comenzar aclarando que no compro en Amazon, no estoy suscrito a su plataforma de contenidos y, en general, huyo de todo lo relacionado con esa compañía como de la peste. Y, probablemente, si hubiese sido uno de los participantes en la encuesta realizada por Slate, también la habría colocado en el primer puesto por “malignidad”.

Pero, en este caso, no he sido yo quien ha opinado, sino un grupo de periodistas, investigadores y expertos del mundo tecnológico, que tuvieron que elegir de forma individual las diez compañías que consideraran que causan más daño. Así, en general. El espectro de empresa tecnológica era tan amplio como ellos mismos quisieran.

Como era de esperar -por lo menos en mi caso- Amazon ocupa el primer lugar. La principal razón es porque todos los males confluyen en ella, por decirlo de alguna manera. Según Morgan G. Ames, de la Universidad de California-Berkely “mientras otras compañías pueden ser culpables solo de algunos de estos [males], Amazon:

1) ha contribuido a la muerte de las tiendas, servicios, periodismo, música, comunidad, etc. en todo el mundo;

2) se ha enfocado en el trabajo precario y no cualificado, con terribles condiciones de trabajo constatadas;

3) ha apoyado la vigilancia policial con sus timbres Ring y la vigilancia en general con sus dispositivos Alexa;

4) ha generado una enorme huella de carbono con sus envíos rápidos y su AWS en la nube;

5) ha aportado tecnología al Ejército y agencias de inteligencia con historiales dudosos en materia de derechos humanos, incluidas operaciones del servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos que han separado familias en nuestra propia frontera;

6) ha sido incapaz de moderar lo que hay en su plataforma, lo que ha generado un aluvión de falsificaciones, como asientos de coche para niños falsos y que se rompen con facilidad;

7) es famosa por su cultura de hostilidad en el puesto de trabajo, que ha contribuido al acoso de mujeres y minorías; y

8) ha evadido impuestos con una categorización de activos dudosa y el uso de paraísos fiscales”.

Todos los males confluyen en Amazon

El podio

El número 2 -tampoco inesperado- es para Facebook, cuya involucración en la política de la práctica totalidad de los países, su inversión -de miles de millones de dólares- para generar desinformación, su negativa a alterar el sistema de publicidad política -aprovechada por Donald Trump y los trolls rusos-, entre otros motivos, lo sitúan en esa posición. Pero, sobre todo, los participantes en la encuesta destacan su obsesión por ganar más y más dinero, a toda costa, incluso más allá de la legalidad.

Los participantes en la encuesta destacan la obsesión de Facebook por ganar más y más dinero, a toda costa, incluso más allá de la legalidad

En tercera posición se sitúa Alphabet -que es como se llama ahora la empresa matriz de Google, por si alguien se nos despista-. Según Slate, “Alphabet parece dar marcha atrás en sus actividades preocupantes solo cuando alguien -la prensa o sus empleados- llama la atención sobre ello”. Además, la enorme influencia de la compañía en la economía de la información, los medios y la publicidad, unida al dominio de Android en el sector de los dispositivos móviles hacen que “sepa más sobre nosotros que Facebook y se está expandiendo a más y más áreas de las que dependemos, como la salud pública y la planificación urbanística” con el único objetivo de “vender nuestros hábitos a los anunciantes”.    

El resto de "malvados"

Palatir Technologies que “recoge y analiza datos para agencias gubernamentales, fondos de inversión y gigantes farmacéuticos, que -como puede que no sorprenda a nadie- no siempre se utilizan para el bien”; Uber; Apple en el número 6; Microsoft; Twitter; Byte Dance; y Exxon Mobil cierran los diez primeros puestos de esta deshonrosa clasificación. Los siguen: Huawei, LiveRamp [antes Acxiom], Tencent, Tesla, Disney, Verizon, SpaceX, 23andMe, Oracle, 8kun [antes 8chan], Cloudflare, IBM, Anduril Industries, Airbnb, Megvii, Vigilant Solutions, The Grid, Baidu, Cellebrite y mSpy

Si quieren conocer mejor las “maldades” de estas empresas, en Slate tienen una descripción de todas ellas, digna de ser leída. Y, si alguna vez ven que alguien tuerce el gesto cuando le comenten que tienen Amazon Prime o un Alexa en casa, ya saben.