EAVE puede ser un ejemplo perfecto de cómo emprender con éxito. Tres personas que se conocen “de toda la vida”, que han trabajado y estudiado juntas y dejan su puesto en una multinacional para lanzar su propio proyecto. Hemos hablado con Luis Enrique Linares, CEO y cofundador de EAVE, para que nos explique cómo se consigue llevar la energía solar desde Canarias a toda España.

España tiene una oportunidad única para especializarse en fotovoltaica

¿Tenemos tecnología como para vivir de renovables?

La tecnología que va a salvar el planeta se está inventando ahora. Ya hay muchos ámbitos en los que se está desarrollando. Tenemos que seguir con el cambio de mentalidad en España para ayudar a la inversión, a la financiación y a que el tejido emprendedor siga aumentando. Van a surgir muchas startups de fotovoltaicas y creo que es una oportunidad única como país especializarnos en esta tecnología.

¿Dónde está esa oportunidad?

El Sol genera en una hora toda la energía que el planeta necesita para un año. Nos sobra. Pero, si unimos todas las baterías con las que contamos en todo el planeta, solo suponen 10 minutos de capacidad de almacenamiento. Ese es el gap.

Tenemos la que necesitamos, la renovable; pero no tenemos dónde almacenarla. Las startups que nazcan van a solventar este tipo de problemas y necesitamos que se hagan las inversiones necesarias en I+D y las inversiones necesarias para que nos convirtamos como país en potencia.

España puede ser de los pocos países del planeta autosuficientes

¿Está cambiando la mentalidad?

Ahora hay un boom de la renovable, que nos parece genial, porque siempre decimos que nos da igual con quién instales, pero que instales energía verde y que seas autosuficiente. Si nos vamos al territorio español, si todos los tejados tuviesen paneles fotovoltaicos tendríamos 1,1 veces la que necesitamos en todo el país. Es decir, podemos ser de los pocos países autosuficientes del planeta.

La gente se está dando cuenta de eso y de que vamos a ser una potencia a nivel europeo en renovables. Antes había más dudas. Yo creo que ya todo el mundo tiene interiorizado el autoconsumo en vivienda.

¿Qué nos hace falta como país para seguir avanzando?

Primero tiene que haber mayor agilidad a la hora de que un ciudadano que quiera instalar, a nivel regulación, hay que tratar de hacer casi ventanas especializadas. Ahora hay que ir con licencias de obra similares a las de cualquier otra en una vivienda y hay que intentar hacer una especie de fast track para las renovables. Tenemos que repartir los fondos europeos y utilizarlos en renovables. Esa es la filosofía que tienen, pero está costando que se repartan. Hay que invertir para que se dé la migración al vehículo eléctrico.

En Canarias, el 95% de la energía procede de combustión fósil

¿Cómo surge EAVE?

Iniciamos el proyecto hace cuatro años. Los tres cofundadores veníamos del sector automoción y vimos que todas las marcas habían decidido emprender el camino del motor eléctrico. Eso suponía un incremento en el consumo de energía y en Canarias teníamos un problema principal: que el 95% procede de combustión fósil.

Como canarios fuera de las islas, nos dimos cuenta de que se iba a incrementar todavía más el consumo y, por tanto, la contaminación. Decidimos dejar nuestras carreras en multinacionales y emprender. Queremos que Canarias se mueva con energía sostenible, para intentar eliminar el impacto de todo ese extra que se va a consumir en los próximos años.

¿Cómo fueron los primeros momentos?

Al principio éramos Electric Avenue, un bulevar en el que podías comprar todo tipo de productos para electrificar tu casa. Pero a la gente le costaba un poco lo de avenue y decidimos hacer el acrónimo de EAVE.

Hicimos una encuesta a 500 personas en Canarias. Preguntamos si querían energía verde y todas dijeron que sí. Les preguntamos si la tenían y todos dijeron que no. Había un problema, todo el mundo quería eso, pero nadie lo tenía.

Lanzamos el Spotify de las placas solares

Y encontrasteis una solución…

Había que averiguar por qué la gente no se lanzaba a la compra. El 40% dijo que consideraba caro poner una planta de autoconsumo en su vivienda; el 30% que era muy complejo, el 20% pensaba que directamente era ilegal; y el 10% pensaba que no era conveniente.

Lanzamos el Spotify de las placas solares. En vez de pagar un pago inicial de 10.000 euros, tenías una cuota orientada a tu consumo y hacíamos que siempre fuese más baja que lo que pagabas antes. El flujo de caja es positivo a partir del primer mes, porque ya empiezas a gastar menos. El pain point de ser caro, se salvaba: son 40 o 50 euros al mes.

En el caso de la complejidad, realizamos todos los trámites. Tú en 30 días empiezas a tener energía verde. Lo digitalizamos todo.

El año pasado, EAVE facturó 6 millones de euros en Canarias

Los resultados han acompañado.

El primer año hicimos 400 clientes y el año pasado 3.000 clientes y facturamos 6 millones de euros en Canarias, que sobrepasaba todos nuestros planes iniciales. Expandimos y estamos en la península, en Baleares y con una tasa de crecimiento fuerte.

¿Cómo saldría esa encuesta si la hiciésemos ahora?

La parte de si quieren energía verde seguiría igual o más, porque la guerra nos ha enseñado que no somos los propietarios de nuestra energía, sino que depende de aspectos geopolíticos externos y eso afecta a necesidades muy básicas como persona. No tenerla es como si te cortaran el agua. Yo creo que la pandemia también nos ha hecho ver que tenemos que ser más autosuficientes. La gente cada día está más comprometida con esto. No solo a nivel medioambiental, sino también de autonomía, de independencia energética.

¿Cómo afrontáis el futuro?

En la fase del 23 al 26 vamos a terminar con tiendas en toda España. En Madrid tenemos una experiencial en la que puedes ver en realidad virtual cómo quedaría tu vivienda con placas solares y qué inversión tendrías que hacer. Nuestro camino sigue siendo el mismo: acercar al ciudadano la solución, enseñar que se puede ser independiente.

¿Qué ha sido lo más difícil?

¡Está siendo! (risas). Ojalá pudiese hablar en pasado. Nosotros, que veníamos todos de multinacionales, pensábamos que eso era muy exigente. Qué va, emprender es el trabajo más duro que hay, porque es crear sobre la nada.

Convencer al talento de que se venga a empresas pequeñas emergentes es complicado. Financiarte es muy duro. A nivel personal, si quieres expandirte… Uno de los socios ahora está viviendo fuera, porque hay que estar físicamente. Requiere 23 de las 24 horas pensando en la empresa.

Pero es muy enriquecedor. Crear algo de la nada…. Ojalá todos fuésemos emprendedores.

¿Cómo es emprender desde Canarias?

Nos ha perjudicado en cierto modo. Porque lo habitual es que las empresas nazcan en los hubs y de ahí expandirse y escalar. Hacerlo desde Canarias siempre ha supuesto una barrera. Lo raro en Canarias es ir hacia fuera.

Pero estamos muy contentos de que los canarios, que tenemos mucho que decir, podamos hacerlo