La salud mental también es un derecho de las personas. Esa es la idea que la OMS quiere transmitir este año con la celebración, hoy 10 de octubre, del Día Mundial de la Salud Mental 2023.

Una jornada que supone “una oportunidad para que las personas y las comunidades se unan en torno al lema La salud mental es un derecho humano universal a fin de mejorar los conocimientos, sensibilizar e impulsar medidas que la promuevan y protejan como derecho humano universal”, según explica la institución.

Todas las personas tienen derecho a gozar del grado más alto posible de este bienestar psicológico

La salud mental es un derecho

La OMS nos recuerda: “Es un derecho humano básico para todos. Todas las personas, sin importar quiénes sean ni dónde estén, tienen derecho a gozar del grado más alto posible de salud mental, lo que incluye el derecho a ser protegido de los riesgos para; el derecho a una atención disponible, accesible, digna y de calidad; y el derecho a la libertad, la independencia y la integración en su entorno social”.

Sin embargo, más de 700.000 personas mueren por suicidio cada año en el mundo. Y, por cada uno de ellos, hay mucha más gente que lo intenta, según la OMS. De hecho, es la cuarta causa de muerte entre personas de 15 a 29 años.

Y, como suele pasar con este tipo de situaciones, la peor parte se la llevan quienes menos tienen: según datos de la OMS, el 77% de personas que se quitan la vida lo hacen en países de ingresos medios y bajos.

Es un estado de bienestar mental que permite hacer frente al estrés

Bienestar mental

Este estado de bienestar psicológico "permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad”, explica la organización, que la considera parte fundamental del "bienestar que sustenta nuestras capacidades individuales y colectivas para tomar decisiones, establecer relaciones y dar forma al mundo en el que vivimos”.

Aunque pueda parecer que basta con "la mera ausencia de trastornos", no es así. Se trata de “un proceso complejo, que cada persona experimenta de una manera diferente, con diversos grados de dificultad y angustia y resultados sociales y clínicos que pueden ser muy diferentes”.

Todos los trabajadores tienen derecho a un entorno laboral seguro y sano

En el trabajo

La OMS nos recuerda que “el trabajo decente es bueno para la salud mental” y que “todos los trabajadores tienen derecho a un entorno laboral seguro y sano”.

Pero, ¿qué es un trabajo decente? Debe proporcionar un medio de vida; aportar un sentido de confianza, propósito y logro; crear una oportunidad para las relaciones positivas y la inclusión en la comunidad; y servir de base para establecer rutinas estructuradas, entre otros beneficios.

Para las personas con problemas, “puede contribuir a la recuperación y a la inclusión, y mejorar la confianza y el funcionamiento en la sociedad”.

Riesgos en el trabajo

Según la OMS, los riesgos en el trabajo, también denominados riesgos psicosociales, pueden estar relacionados con el contenido o el horario del trabajo, las características específicas del lugar de trabajo o las oportunidades de desarrollo profesional, entre otras cosas.

La organización los cataloga de la siguiente manera:

  • insuficiencia de capacidades o su empleo insuficiente en el trabajo;
  • cargas o ritmo de trabajo excesivos, falta de personal;
  • horarios excesivamente prolongados, antisociales o inflexibles;
  • falta de control sobre el diseño o la carga del trabajo;
  • condiciones físicas de trabajo inseguras o deficientes;
  • cultura institucional que permite los comportamientos negativos;
  • apoyo limitado por parte de colegas o supervisión autoritaria;
  • violencia, acoso u hostigamiento;
  • discriminación y exclusión;
  • funciones laborales poco definidas;
  • promoción insuficiente o excesiva;
  • inseguridad laboral, remuneración inadecuada o escasa inversión en el desarrollo profesional; y
  • demandas conflictivas para la conciliación de la vida familiar y laboral.

Según sus datos, “más de la mitad de la fuerza laboral mundial trabaja en la economía informal, donde no hay protección regulatoria”.

Por eso, “con frecuencia, estos trabajadores operan en entornos laborales inseguros, durante largas horas, con escaso o nulo acceso a protecciones sociales o financieras, y se enfrentan a la discriminación, todo lo cual puede redundar en detrimento de la salud mental”.

Pero, además, “las personas que viven con problemas de salud mental tienen derecho a participar en el trabajo de forma plena y equitativa”. Por eso, es preciso adaptar los entornos laborales “a las capacidades, necesidades y preferencias de los trabajadores con problemas de salud mental” y poner en marcha programas de reincorporación al trabajo, a través de iniciativos de empelo con apoyo.