Hablamos mucho de energías renovables y de descarbonización. Parece que todo consumo de electricidad o combustibles fósiles puede ser adaptado a sistemas solares, eólicos o similar. ¿Todo? Aquí es donde entran los HTA… y donde deberías empezar a preocuparte.

Las siglas HTA proceden del inglés, del término hard-to-abate, que podemos traducir como “difícil de reducir”. Por eso debes preocuparte por ellos, porque cambiarlos a renovables no es tan sencillo como poner unas placas solares.

Estas industrias difíciles de adaptar a las renovables suponen el 30% del total mundial de emisiones de CO2

Industrias con altas emisiones

Suele tratarse de industrias que se basan principalmente en los combustibles fósiles, bien par generar altas temperaturas o para procesos químicos. Entre los principales, destacan el acero, el cemento, los químicos y los materiales de construcción.

Y el motivo de preocupación es que no se trata de algo residual: Estas industrias difíciles de adaptar a las renovables suponen el 30% del total mundial de emisiones de CO2, como señala la Harvard School of Engineering.

Esta facultad de ingeniería también incluye entre los sectores más difíciles de reconvertir al transporte pesado por carretera o por mar, “que es más complicado de electrificar que el de pasajeros, porque requeriría baterías enormes que añadirían peso a los vehículos y tardarían mucho en cargarse”.

El hidrógeno limpio puede ser la materia prima que reduzca significativamente las emisiones

Países con problemas

El problema no es solo por sectores, también por “países como China, que se enfrentan a un cuello de botella en sus caminos hacia la neutralidad en carbono”, señalan Xi Yang, Chris P. Nielsen, Shaojie Song y Michael B. McElroy en un artículo publicado en el último número de Nature.

Ese bloqueo procede de la dificultad para reducir las emisiones en esas industrias. Sus resultados muestran que “el hidrógeno limpio puede ser uno de los principales generadores de energía y la materia prima que puede reducir significativamente las emisiones de carbono de la industria pesada”.

Sus cálculos apuntan a que el hidrógeno limpio podría introducirse en el 50% de los camiones pesados y flotas de autobuses de China de aquí a 2060, además de a “una cuota significativa” del transporte marítimo.

El equipo de investigación señala que “un escenario realista de hidrógeno limpio que alcance las 65,7 megatoneladas de producción en 2060 podría evitar 1,72 billones de dólares en nuevas inversiones, en comparación con un escenario sin hidrógeno”.

Cuatro sectores suponen la amplia mayoría de sus emisiones de carbono

Misión global

El artículo destaca las dificultades a las que nos enfrentamos en nuestra lucha por alcanzar la neutralidad en carbono, a la que califican de “misión global urgente”, pero ante la que no hay una solución válida para todos los casos.

“Las naciones más desarrolladas, como Estados Unidos y las de Europa, están buscando estrategias de descarbonización que se enfocan, especialmente, en flotas de vehículos ligeros, generación de energía eléctrica, edificios industriales, comerciales y residenciales; cuatro sectores que en conjunto suponen la amplia mayoría de sus emisiones de carbono”, indica el documento.

Un modelo que no aplica a “los países en desarrollo con más emisiones, como China”. Este grupo “tiene muy diferentes estructuras económicas y energéticas, que suponen prioridades de descarbonización distintas, no solo en términos sectoriales, sino también en el desarrollo estratégico de tecnologías cero-carbono”.

Los HTA podrían afectar a toda la transición hacia las cero emisiones

Más complicaciones

A esta situación se añade una complicación más: “Los sectores económicos con productos u operaciones de altas emisiones deberán afrontar efectos sustanciales en la demanda, costes de producción y empleo”, señala la empresa de servicios profesionales McKinsey.

Sus datos señalan que “los sectores con mayor grado de exposición, emiten directamente cantidades significativas de gases de efecto invernadero [por ejemplo, el sector del carbón y el gas]. Estos sectores suponen aproximadamente el 20% del PIB global”. A esto se suma el 10% que supone el sector de la construcción.

Y, aunque el resto de sectores que suponen el 70% del PIB global “tienen una exposición directa menos pronunciada”, también dependen de los anteriores, “por ejemplo a través de los sistemas económicos y financieros interconectados”. Por tanto, los HTA podrían afectar a toda la transición hacia las cero emisiones.

La UE toma medidas

La Unión Europea también está apostando por nuevas soluciones en su objetivo de impulsar la transición de los HTA. De hecho, el pasado 4 de octubre aprobó una subvención de 1.000 millones de euros para ayudar a la alemana Salzgitter Flachstahl GmbH a “descarbonizar sus procesos de producción de acero con el uso del hidrógeno, incluido hidrógeno renovable producido in situ”.

Según la UE, “esta medida contribuye al cumplimiento de los objetivos de la Estrategia Europea del Hidrógeno y el Pacto Verde Europeo, a la vez que ayuda a reducir la dependencia de los combustibles fósiles importados de Rusia y acelera la transición verde”.

La vicepresidenta ejecutiva, Margrethe Vestager, señaló que el importe de la ayuda “contribuirá a convertir en verde un sector HTA con un alto consumo de energía, a la vez que reducirá la dependencia de Alemania de los combustibles fósiles”. Se trata, por tanto, de “un buen ejemplo” de cómo la UE quiere acabar con las emisiones de este grupo de industrias.