Uno de esos días que no se olvidan es el primero en la universidad. Yo, por lo menos, lo recuerdo casi como si fuese ayer, a pesar de que han pasado más de 30 años. Aquella primera jornada de clase la pasé dudando si estaba en el aula correcta –otras personas no lo estaban- y escuchando las presentaciones de los profesores. La mayoría nos preguntaban: ¿por qué queréis ser periodistas? Casi todas las respuestas apuntaban a “contar la verdad”, “proteger el derecho a la información” y demás. Todas muy altruistas, claro –eran los 80-. Pero no oí a nadie responder: “para que me asesinen por hacer mi trabajo”.  

Lógico, porque ser periodista en la España de la democracia -y más aún en Elplural- es más fácil de lo que podría parecer, si lo ponemos en perspectiva. Aquí, por lo menos, es casi imposible ser víctima de un asesinato por el mero hecho de trabajar en un medio de comunicación. Por desgracia, no es así en todas partes.  

Entre el 1 de enero y el 15 de diciembre de 2020, se registraron 50 muertes de periodistas 

Asesinatos de periodistas 

Según cifras de Reporteros sin fronteras [RSF], entre el 1 de enero y el 15 de diciembre de 2020, se registraron 50 muertes de periodistas en el ámbito de su actividad profesional. “Esta cifra se mantiene estable con respecto al año pasado (se contabilizaron 53 muertes en 2019), y a pesar de que las coberturas informativas se han reducido por la epidemia de Covid-19", explican desde la ONG. 

Si piensas que ese tipo de sucesos se producen en países en guerra, nada más lejos de la realidad. “En 2016, el 58 por ciento murieron en zonas de conflicto, mientras que, en la actualidad, la proporción de periodistas asesinados en zonas devastadas por la guerra (Siria, Yemen) o plagadas de conflictos de media o baja intensidad (Afganistán, Irak) se sitúa en el 32 por ciento”. 

La cifra de asesinatos de periodistas en naciones en paz se sitúa por encima de dos tercios (68 por ciento), en particular en México (8 asesinatos), India (4), Pakistán (4), Filipinas (3) y Honduras (3). 

El 84 por ciento fueron señalados y eliminados de forma deliberada 

Crímenes 

En la mayoría de los casos, no se trata de gajes del oficio. “De la totalidad de periodistas asesinados en 2020, el 84 por ciento fueron señalados y eliminados de forma deliberada, frente al 63 por ciento de 2019. Algunos de estos crímenes han sido especialmente atroces”, detalla RSF. 

En México, el periodista del diario El Mundo Julio Valdivia Rodríguez, fue encontrado decapitado en el estado de Veracruz; su colega Víctor Fernando Álvarez Chávez, director del medio digital de información local Punto x Punto Noticias, fue cortado en pedazos en la ciudad de Acapulco. 

En la India, Rakesh Singh “Nirbhik”, del diario Rashtriya Swaroop, fue quemado vivo después de ser rociardo con gel hidroalcohólico altamente inflamable. Isravel Moses, corresponsal de un canal de televisión en el estado de Tamil Nadu, fue asesinado a machetazos. 

Hacía 30 años que en Irán no se ejecutaba a un periodista 

Estado enemigo 

En muchas ocasiones, el enemigo es el propio estado, como sucede en Irán. Así lo denuncia RSF: “Rouhollah Zam, administrador del canal Amadnews de Telegram y condenado a muerte tras un juicio injusto, fue ejecutado en la horca. En este país, y a pesar de que se sigue ajusticiando a sentenciados a muerte, hacía 30 años que no se sometía a un periodista al arcaico y bárbaro castigo de la pena capital”. 

En palabras del secretario general de RSF, Christophe Deloire, “la violencia del mundo sigue azotando a los periodistas”. Y añade: “Una parte del público considera que los periodistas son víctimas de los riesgos de su oficio, pero cada vez sufren más ataques cuando investigan o informan sobre temas delicados. Lo que se ha debilitado es el derecho a la información, que es un derecho de todos los seres humanos”. 

En Irak, hombres no identificados disparan a la cabeza a los periodistas durante las manifestaciones 

Investigaciones peligrosas 

La investigación de casos de corrupción local y malversación de fondos públicos ha sido la causa del mayor número de muertes en 2020: diez. Le sigue las relativas a la mafia y el crimen organizado, con cuatro. “Lo que sí es una novedad en 2020 es que siete periodistas fueron asesinados mientras cubrían protestas”, señalan desde la organización. 

“En Irak, el modus operandi es siempre el mismo: hombres armados no identificados disparan a la cabeza a los periodistas durante las manifestaciones. Así han sido asesinados tres reporteros”, afirman en RSF. Además, “un cuarto murió en el Kurdistán mientras intentaba escapar de los enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los manifestantes”. 

En Nigeria, dos periodistas “han sido víctimas del clima de violencia en el que se desarrollan las protestas, que denuncian en particular la brutalidad de una unidad policial encargada de la lucha contra la delincuencia”. Por último, en Colombia, “un reportero de un medio comunitario fue asesinado a tiros mientras cubría una manifestación de comunidades indígenas que protestaban contra la privatización de tierras en su región. Igual que en otros casos, la manifestación fue violentamente dispersada por la policía, el ejército y las fuerzas antidisturbios”. 

Según Reporteros sin fronteras, a finales del año pasado había 387 profesionales de medios en prisión “por hacer su trabajo de información, una cifra en máximos históricos en lo que se refiere a periodistas encarcelados”. 

Nuestro compañero Borja García ha preparado una de sus infografías para que no te pierdas ninguno de estos tristes datos. 

En 2020, la cifra de profesionales de los medios que perdieron la vida de forma violenta fue de 50