Las emisiones netas de gases de efecto invernadero [GEI] en el año 2020 se estiman en 234,9 millones de toneladas de CO2-eq, lo que supone una reducción de 15,2 % respecto a 2019.

Desde 1990 no se habían registrado unos niveles tan bajos como los de 2020, según cifras del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. El descenso en el CO2 emitido con respecto al año anterior fue del 13,7 por ciento.

Por primera vez en 30 años, el nivel de emisiones globales bajó del registrado en 1990

El nivel de emisiones globales bajó por primera vez en los últimos 30 años del registrado en 1990. La diferencia fue del -6,4 por ciento. Si comparamos con 2005, la distancia es del -38,6 por ciento.

Efecto pandemia

Sin duda, son buenas noticias. Pero el propio ministerio señala entre las principales causas al efecto de la pandemia. En especial a “las limitaciones de actividad y movilidad” asociadas a ella, “que han resultado en una bajada del PIB del 10,8 por ciento. Todo ello se refleja en un descenso en las emisiones de GEI asociadas al transporte del 17,6%, un descenso global de las de la industria del 11,4%, y un descenso de las debidas a la generación eléctrica del 34,9%”.

La segunda causa apuntada por el ministerio como motivo para ese descenso es más alentadora: “A este último descenso contribuye también el fuerte aumento de generación a partir de fuentes renovables en 2020”. A lo que se añade “la caída en el uso del carbón”.

Nuestro compañero Borja García ha diseñado una de sus infografías para que tengas todos los datos a la vista.

Nuestro compañero Borja García ha diseñado una de sus infografías para que tengas todos los datos a la vista

 

El transporte (27,7%) continúa siendo el sector con más peso, seguido de la industria (21,4%), la agricultura y ganadería

Sectores

Por sectores, el transporte (27,7%) continúa siendo el que tiene más peso en el total de emisiones de GEI, seguido de la industria (21,4%), la agricultura y ganadería en su conjunto (CRF 3: 14,1%), la generación de electricidad (10,3%), el consumo de combustibles en los sectores Residencial, Comercial e Institucional (8,2%), y la gestión de residuos (CRF 5: 5,1%).

Por gases, el CO2 supone un 77,6% del total, seguido del metano, con un 14,3%.

El sector de Usos de la Tierra, Cambios de Uso de la Tierra y Selvicultura sigue siendo el único que absorbe emisiones. En especial, el sector forestal, que contribuye a la mayor parte de las absorciones de los gases de efecto invernadero, y en el cual se estima una disminución de las absorciones del 1,3%.

La industria acumuló el 21,4% de las emisiones totales nacionales

Los que más emiten

El transporte fue responsable del 27,7% de las emisiones: dentro del sector Energía, es el subsector que más disminuye las suyas en términos absolutos (y un 17,6% en términos relativos), “consecuencia principalmente de la bajada de las emisiones del transporte por carretera (que por sí solo supone el 25,6% del total)”. Este epígrafe refleja un descenso en el consumo de gasolina y diésel del 21% y 16,7% respectivamente. Las asociadas al transporte aéreo nacional, aunque solo supusieron un 0,6% del total en 2020, han descendido un 48,3% respecto al año anterior.

La industria, por su parte, acumuló el 21,4% de las totales nacionales, con una reducción del 11,4%, incluidas tanto las procedentes del consumo de combustibles (que disminuyen un 10,8%) como las procedentes de los propios procesos industriales (12,6%). Destacan descensos en los sectores de la metalurgia (en la producción de aluminio secundario del 67,4%, del 24% en la producción o transformación de metales no férreos y del 20,8% en la producción de acero) y de los minerales no metálicos (las emisiones ETS del sector del cemento disminuyen un 12,7%).

Las emisiones asociadas a la generación eléctrica han experimentado un descenso del 34,9%

Las buenas noticias

La generación eléctrica (10,3 % del total) ha experimentado una caída del 3,6% y un descenso en las emisiones de GEI asociadas a ella del 34,9%. Al descenso generalizado del consumo energético se ha unido un incremento de la generación de origen renovable del 12,9 % (la solar fotovoltaica ha incrementado su producción un 65,2% respecto a 2019.

En un año normal en cuanto a precipitaciones también ha aumentado la producción hidráulica, un 23,8% respecto al anterior, que fue más seco; y la generación eólica ha aumentado un 1,2% respecto a 2019.

En cuanto a las fuentes de energía no renovable, continúa la reducción en el uso del carbón, con una bajada del 60,4% en la producción eléctrica respecto a 2019. La generación eléctrica extra peninsular con fuel/gas ha disminuido un 26,4%. Por su parte, la producción eléctrica en centrales de ciclo combinado (menos intensiva en la producción de CO2 que las anteriores, pero que había subido en 2019 como resultado de la sustitución del carbón) también desciende un 20,3%.

Las procedentes de la agricultura aumentan un 1,2%

No tan buenas

Las que no descienden son las procedentes de la agricultura (14,1% del total). Aumentan un 1,2% respecto al año anterior; principalmente como consecuencia del ligero crecimiento de las cabañas ganaderas, responsables del 64,8% de las de este sector, que crecieron un 0,8% debido a las producidas por la gestión de estiércol (2%) y, en menor medida, a las de la fermentación entérica (0,2%). También influyó en el aumento la variación en las debidas a los cultivos, que crecieron un 2%, fundamentalmente por el aumento de las emisiones de N2O derivadas de la gestión de suelos agrícolas (1,5%, debido al uso de fertilizantes inorgánicos) y de las de CO2 derivadas de la aplicación de urea (21% respecto a 2019).

Por último, el sector Residencial, Comercial e institucional (RCI) (8,2% del total) experimentó un descenso del 13,9%, debido a un menor consumo de gasóleo C en un año extremadamente cálido.