Hace calor. Mucho calor. Calor más allá de lo que se podría esperar incluso en verano. Vamos de ola en ola, pero más en el termómetro que en el mar. Así que, hoy te traemos diez playas que [a lo mejor] no sabías ni que existían.

Te invitamos a descubrir lugares únicos en los que disfrutar de un baño inolvidable este verano. Y, aunque te parezca increíble, estas playas no están en el litoral, sino en Castilla y León. La Guía Repsol acaba de publicar sus favoritas y aquí las tienes. 

La Guía Repsol acaba de publicar sus playas favoritas de Castilla y León

Las diez mejores playas de Castilla y León

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Foto: Guía Repsol

1. Piscina y chiringuito 'El Collao' (Garcibuey, Salamanca)

El apego a su tierra y la voluntad de ofrecer algo único con calidad en todos sus vértices han hecho de Quintín Gorjón uno de los mejores embajadores de las virtudes de la Sierra de Francia. Él es responsable del recinto que alberga el chiringuito ‘El Collao’ y su enorme piscina, que se convierte en uno de los lugares más buscados durante los días de altas temperaturas en Garcibuey y sus alrededores.

La nueva vida de este antiguo depósito de riego en el Collado de la Palla ha dado como producto una piscina de manantial del tamaño de la Plaza de Toros de Salamanca, con dos metros de profundidad y 3.000 metros cúbicos de agua. Un oasis para grandes y pequeños, que cuentan con la ventaja de poder degustar algunos de los mejores productos de la comarca a la sombra de los 15.000 árboles que se distribuyen por el terreno.

2. Playa de Los Molinos (Villardeciervos, Zamora)

En plena comarca de La Carballeda se ubica esta playa fluvial en la que la comodidad está garantizada. Una gran orilla de arena de playa, su zona boscosa, en la que cobijarse la sombra, y una zona de merenderos y bar son los principales argumentos para convertir este espacio en uno de los más buscados durante el verano zamorano. Además, también se puede alquilar algunas de las embarcaciones disponibles en el pantalán para dar un rodeo por el embalse de Valparaíso.

Lago de Sanabria (Galende, Zamora)
Foto: Guía Repsol

3. Lago de Sanabria (Galende, Zamora)

El lago de Sanabria, el más grande de toda España, es una delicia durante los meses más calurosos por sus aguas frescas y un entorno natural como pocos en el país. Cientos de familias acuden a esta enorme masa de agua para pasar un día de playa de interior y no echar de menos las situadas en las costas.

Aquí hay playas para el gusto de cada bañista. La de Rocas Negras es ideal para quienes buscan un buen trampolín natural desde el que saltar a las profundidades del lago; en el caso de la de Viquiella, su amplitud y calidad de servicios como parque infantil, merendero y hasta un chiringuito la hacen ideal para familias grandes que deciden juntarse durante la jornada estival; El Folgoso es la predilecta de quienes quieren practicar un poco de deporte, ya que dispone de alquiler de embarcaciones de remo o tablas de paddle surf; las playas de Los Enanos y Custa Llago, debido a su menor tamaño en comparación con otras de las que rodean al lago, son perfectas para quienes busquen una dosis extra de privacidad.

4. Piscina natural de Villanueva del Conde (Salamanca)

La piscina natural de Villanueva del Conde, otro de los salvavidas acuáticos de este rincón de Salamanca, resulta una coqueta masa de agua encajada entre el bosque y la pared rocosa con unas de las aguas más frescas y claras de la comarca. Este enclave también cuenta con un pequeño chiringuito ideal para tomar una cerveza o un café de sobremesa.

5. Playa de Los Pelambres (Zamora)

Popularmente conocida como el Benidorm de Zamora, esta playa fluvial a las afueras de la ciudad se encuentra flanqueada por dos de sus puentes más icónicos -el de los Poetas y el de Piedra- y ofrece una de las vistas más hermosas de su skyline.

A pesar de una nomenclatura que puede llevar a diferentes teorías, lo cierto es que procede de los tiempos en los que en este rincón se curtían las pieles y la zona terminaba llena de pelos. Detalles históricos que forman parte del pasado, no como los barqueros, que aún hoy en día ayudan a que quienes se acercan a la playa crucen de una ribera a otra del Duero como antaño.

Un espacio en el que disfrutar de la naturaleza de ribera de una forma cómoda y sin aglomeraciones. En la zona, además, se han dispuesto áreas de sombra y merenderos en los que disfrutar de un buen picnic, y un chiringuito para quienes prefieran acercarse sin tener que ir cargados desde casa.

Piscina natural de Valero
Foto: Guía Repsol

6. Piscina natural de Valero (Salamanca)

En la Sierra de Francia se ubica la piscina natural de Valero, también llamada la Poza del Charco, una de las más populares de toda la provincia. Una de sus virtudes más relevantes es su fácil acceso desde el propio pueblo, lo que hace que esta antigua presa reconvertida en piscina sea una de las favoritas para las familias de la zona. Además, desde aquí se puede remontar el río Quilamas, que llena con sus aguas la piscina, y disfrutar del entorno de su ribera mientras se pasea por su lecho de cantos rodados.

7. Pozas en la Ruta de las Cuatro Lagunas de Barco (Ávila)

Las lagunas que se distribuyen por la Sierra de Gredos son uno de los destinos favoritos para los amantes del senderismo. Muchas rutas surcan el perfil de estas montañas, aunque no es tan conocido su carácter como alivio contra el calor del verano abulense. Las que establecen el itinerario por la Ruta de las Cuatro Lagunas de Barco son unas de las más singulares y solitarias de todas.

Desde El Barco de Ávila parten los caminos que llevan a las lagunas de La Nava, la de Galín Gómez, la Cuadrada y la de Los Caballeros, inmensas masas de agua de legado glaciar que se ven precedidas por varias pozas limpias y cristalinas. Merece la pena cada paso hasta llegar a estos remansos e, incluso, pernoctar en el refugio del Chozo de Anselmo para poder descubrir varias de ellas en una escapada más larga.

8. Playa de La Barca (Camarzana de Tera, Zamora)

El cauce del río Tera a su paso por la comarca de Benavente y Los Valles ha creado una buena cantidad de playas fluviales en las que darse un buen chapuzón. Una de las más populares es La Barca, en Camarzana de Tera, con una gran superficie de césped en la que extender la toalla, aunque también reciben un buen número de visitantes La Rasera (en Burganes de Valverde) y El Hoyo (en Milles de la Polvorosa).

9. Playa fluvial de Las Moreras (Valladolid)

Que el Pisuerga pasa por Valladolid lo sabe todo el mundo desde tiempos inmemoriales, pero que en su cauce se ha creado una de las playas más apetecibles de la península no lo saben tantos. Se tenga a la ciudad como destino final o parada de avituallamiento y descanso durante el viaje, conviene echar el bañador en la maleta y sumergirse en un baño fluvial en uno de los ríos con más solera de España.

10. Pantano de Rosarito (Candeleda, Ávila)

Compartido entre las provincias de Ávila y Toledo, este pantano resulta una gran alternativa a las piscinas municipales de la zona, si el nivel de agua lo permite. La Cascada del Diablo y la Garganta de Alardos son los dos grandes aliados de la masa de agua para captar bañistas durante el verano, así que merece la pena hacer una excursión y poder disfrutar de estas joyas naturales.