Las catástrofes climáticas y geofísicas provocaron la pérdida de 312.000 vidas y afectaron directamente a más de 227 millones de personas en Latinoamérica y el Caribe en 2020. Son datos del informe de estado del clima en la región que acaba de publicar la Organización Mundial de Meteorología [OMM].

Según el secretario general de la organización, Petteri Taalas, “es una de las regiones más afectadas por eventos hidrometeorológicos extremos”.

A pesar de La Niña, la temperatura media del año fue una de las tres más altas de la historia

Más efecto invernadero

La institución asegura que, las restricciones y del impacto económico del Covid-19 no han conseguido evitar que “las concentraciones de los principales gases de efecto invernadero, CO2, CH4 y N2O continuaran aumentando en 2020”.

Además, a pesar de los efectos derivados del fenómeno climatológico de La Niña, la temperatura media del año fue una de las tres más altas registradas en la historia. En la región, se alcanzaron entre 1 y 0,6 grados centígrados por encima de la media del período entre 1981 y 2010.

Los glaciares, que son fuentes de agua dulce y conservación del ecosistema, están perdiendo masa

Menos lluvia y más calor

Tampoco las precipitaciones registraron un comportamiento beneficioso para paliar la situación. En México y muchos países de Centroamérica, como Panamá, Guatemala, Belice y Nicaragua su volumen estuvo por debajo de lo normal. Y las precipitaciones totales del año también estuvieron por debajo de la media en partes de Sudamérica como los Andes centrales, sur de Chile, norte de Sudamérica, el Amazonas, la región brasileña de Pantanal y el sudeste del continente.

Una de las consecuencias de este continuo incremento de temperaturas y descenso de precipitaciones es la pérdida de masa de los glaciares, que son “importantes fuentes de agua dulce para consumo, generación de energía, agricultura y conservación del ecosistema!. Una reducción de volumen que “se ha estado incrementando de forma constante desde 2010, en línea con un incremento en las temperaturas y una reducción de las precipitaciones significativa”, asegura la OMM.

El 8 por ciento de la población vive en riesgo por amenazas costeras

Sube el nivel del mar

Y, por tanto, ha subido el nivel del mar, lo que puede suponer un enorme peligro, puesto que “en Latinoamérica y el Caribe, más del 27 por ciento de la población vive en zonas costeras y el 8 por ciento lo hace en áreas que están en riesgo alto o muy alto de ser afectadas por amenazas costeras”.

Como señala el informe, “esta amenaza, reforzada por la cada vez mayor frecuencia de eventos extremos es especialmente importante en el caso de los estados de pequeñas islas en desarrollo”. Entre 1993 y 2020, el nivel del Caribe ha estado subiendo a un ritmo ligeramente superior a la media global de 3,3 milímetros por año.

En 2020 se registro un récord de tormentas tropicales y subtropicales: 30

Sequía e inundaciones

Esta situación tuvo como consecuencia varios eventos extremos en 2020. Por un lado, sequías severas, como las registradas en la región de Pantanal, Paraguay y Bolivia, que han sido las peores de los últimos 50 años. Además, en septiembre, casi el 30 por ciento de México sufrió esa falta de lluvias en niveles desde moderados hasta extremos.

En el otro lado de la balanza, durante 2020 se produjeron más de 30 tormentas tropicales y subtropicales en la cuenca atlántica, lo que supuso el récord de este tipo de fenómenos en un mismo año. Además, hubo dos huracanes: Iota y Eta [de categoría 5 y 4 respectivamente] casi seguidos y que tocaron tierra en el mismo país [Nicaragua], algo que no tenía precedentes.

En total, más de ocho millones de personas se vieron afectadas en Centroamérica. En especial en Guatemala, Honduras y Nicaragua, que vieron dañadas casi un millón de hectáreas de cultivos y disrupciones en la forma de vida basada en la agricultura de las poblaciones indígenas.

Por su parte, las fuertes lluvias produjeron inundaciones que afectaron a zonas urbanas y rurales de Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú entre marzo y mayo; Uruguay en junio; y en septiembre a Venezuela.

Por último, entre el 29 de septiembre y el 15 de octubre se produjo una ola de calor que se dejó sentir desde el Amazonas peruano, hasta Bolivia, Paraguay, Norte de Argentina y zona central y sur de Brasil.

El drama de la deforestación

La deforestación es otro de los dramas de la zona, que contiene aproximadamente el 57 por ciento de los bosques primarios que aún existen en la Tierra. En total, se calcula que almacena 104 gigatoneladas de carbono y es el hogar de entre el 40 y el 50 por ciento de toda la biodiversidad del mundo y un tercio de las especies vegetales.

En concreto, la cuenca del Amazonas, que cruza nueve países de Sudamérica y acumula el 10 por ciento del carbono del planeta ha sufrido una deforestación creciente en los últimos cuatro años, debido a la creación de zonas de pasto para el ganado y la degradación provocada por los incendios.

Todavía es una reserva de carbono, pero a este ritmo de pérdida de vegetación, pronto consumirá más del que genera.