La evidencia demuestra que miles de familias con escasos recursos cultivan coca para el mercado ilegal porque es la única manera que tienen para alimentar a sus familias. Si el Estado acompaña, muchas familias están dispuestas a hacer el cambio, aunque sea a largo plazo y requiera un cambio de vida, de tiempo y esfuerzo. Las medidas para erradicar o reducir los cultivos ilícitos de forma forzosa y unilateral han fracasado: bienvenidos a la nueva era del desarrollo alternativo, integral y sostenible (DAIS).

La Amazonía es, sin duda un lugar evocador para mí. Como esos lugares de los que tanto hemos escuchado hablar y que en nuestra mente se proyectan como parte de nuestro hogar. Nos evoca lo atractivo, lo misterioso, lo desconocido, lo bello o espiritual.

La presión sobre la Amazonía es desde hace años, inmensa, y el control, escaso. Siento rabia, pena, sorpresa y me dispongo a escuchar y aprender

Lo primero que noto al aterrizar en Pucallpa es el humo. El humo que viene del fuego. ¿Están quemando la Amazonía? Pues al parecer sí, y es una práctica habitual en las comunidades locales como una forma barata para limpiar el terreno para cultivar o construir.   Primera lección: nada es lo que parece, en ningún sitio, pero mucho menos en un lugar como este. La presión sobre este territorio es desde hace años, inmensa, y el control, escaso. Siento rabia, pena, sorpresa y me dispongo a escuchar y aprender.

Estamos en la Amazonía, porque 14 delegaciones de América Latina y el Caribe han sido invitadas por el Programa COPOLAD III de la Unión Europea para conocer iniciativas productivas que sirven de alternativa a los cultivos ilegales de coca, que hasta hace pocos años abundaban en los lugares que hemos visitado. La idea es conocer las buenas prácticas ya que muchos países de la región quieren apostar por estrategias de Desarrollo Alternativo.   El viaje se realizó en el marco del programa COPOLAD III; que lidera la FIIAPP (el brazo de la Cooperación Española especializado en políticas públicas) junto con IILA y en este viaje con la colaboración de GIZ y la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA) de Perú.

¿Pero en qué consiste el Desarrollo Alternativo Integral y Sostenible (DAIS)? El objetivo es reducir a largo plazo la dependencia de las familias de agricultores y agricultoras de pequeña escala de los cultivos ilícitos y mejorar sus condiciones de vida capacitándoles en técnicas agrícolas o emprendimientos legales: el cacao, el café, la cría de pescados, los helados, el palmito, cualquier iniciativa que pueda fomentar ingresos y un mejor futuro para la zona.

La paz no tiene precio

Los testimonios positivos de este enfoque en las políticas de drogas son claros. La paz en el Alto Huallaga ha traído nuevas oportunidades y gracias a la agencia de drogas del gobierno peruano (DEVIDA) miles de familias cuentan con formación y acompañamiento para dejar atrás los cultivos ilegales de coca y buscar el sustento de su familia con productos legales como el café, el cacao o los productos turísticos.  Es un proceso largo y sacrificado, pero no existe nada como vivir en paz.

No olvido, porque viví en Perú en los noventa, que la región de la Amazonía sufrió hace poco el azote del terrorismo y el narcotráfico, que afectó de forma considerable a muchas familias que vivieron el fuego cruzado entre el Estado y los grupos criminales que se enriquecían con el narco.

“El desarrollo alternativo permite converger a los recursos limitados de un país con la propuesta del país, y tiene un impacto en población indígena o mestiza que nunca habían recibido atención del estado y logran implementar una propuesta de desarrollo puntual y concreta”, afirma Ricardo Soberón, expresidente ejecutivo de DEVIDA.  La experiencia y los retos están claros: “El desafío es que el DAIS no responda a la demanda del mercado sino a las capacidades de la Amazonía, que proporciona biodiversidad, pero no volumen”.

14 delegaciones de América Latina y el Caribe han sido invitadas por el Programa COPOLAD III de la Unión Europea para conocer iniciativas productivas que sirven de alternativa a los cultivos ilegales de coca

Recelos iniciales

Jaime García, exdirigente cocalero, es uno de los ejemplos de éxito del desarrollo productivo. Ha pasado de estar en contra a estar a favor de este enfoque. Actualmente lidera una iniciativa de granjas de peces amazónicos en el Caserío de Chonta, en el distrito del Padre Abad. Pero en la primera visita de DEVIDA, les recibieron con machetes. “Las resistencias eran porque creíamos que venían a erradicar e investigar, pero afrontamos este proceso para vivir en paz”, recalca.

Las cooperativas de mujeres son un ejemplo de cómo el cambio de relaciones productivas y de los roles puede realizar cambios estructurales.

Las cooperativas de mujeres son un ejemplo de cómo el cambio de relaciones productivas y de los roles puede realizar cambios estructurales

“Las razones por las que mis padres se fueron de San Martin porque ellos sembraron coca, ellos no creían en el cacao, no había mucha demanda. Íbamos a trabajar a otras tierras a cultivar maíz etc., pero son muy trabajosos. Pero nos asociamos las mujeres en el caserío y decidimos formar esta asociación donde le estamos dando otro valor agregado a los granos de cacao”, cuenta Erolita Melendrez, de la Asociación de las Mujeres Chocolateras Corazón de Norlberth del Alto Uruya.

Incorporación de las mujeres

“Aunque el enfoque de género es uno de los lineamientos que debería guiar la actuación del Estado en materia de drogas en la práctica vemos que no es así, no hay muchas actuaciones con este enfoque”, explica Cecilia Barbieri, viceministra de la Mujer de Peru. Este tipo de cooperativas lideradas por mujeres no solo ayuda a las integrantes de la cooperativa a tener independencia económica, sino que ha producido un mejor relacionamiento en el seno de la familia.

“En el tema de las drogas, tenemos un reto como estado que es analizar qué tan limitantes pueden ser las políticas en el ejercicio de los derechos de la mujer: ahí aún hay un camino muy largo”, indica.

 El paso a los cultivos lícitos no solo es una bendición para la población, sino que ayuda a la conversación de la biodiversidad. Sigo con las orejas bien abiertas, escuchando a las mujeres del cacao: “La coca empobrece el suelo y nosotros estamos dando otro enfoque y cuidamos muchísimo el medio ambiente. Estamos en áreas degradadas y reforestando ribera de ríos”, explica Marta Irene Chamaya, de la cooperativa Colpa de Loros, otra de las cooperativas más exitosas de la zona.

El paso a los cultivos lícitos no solo es una bendición para la población, sino que ayuda a la conversación de la biodiversidad

Desafíos y retrocesos

Tras conocer las buenas prácticas, vamos a los datos, que nos demuestran que la realidad de las políticas de drogas es más compleja y tiene muchas aristas. El último informe habla de que los cultivos de hoja de coca en Perú se incrementaron más del 30% en 2021. DEVIDA indicó que el caso de Ucayali "es especialmente relevante" porque registró una subida del 266 % con respecto al año previo, cuando los cultivos de hoja de coca pasaron de ocupar 3.816 a 10.229 hectáreas. ¿Cómo es esto posible cuando existen centenares iniciativas en marcha? 

Hay que leer estos datos en clave de pandemia, con las comunicaciones cortadas y el estado de emergencia, la fiscalización fue más compleja, y las fronteras tan grandes como la de la Amazonía más permeables. “La Estrategia Europea de los cultivos alternativos, somos conscientes de las limitaciones que tiene. Son procesos que necesitan mucha inversión, tiempo y coordinación estatal. A veces constituyen un éxito porque pacifican una zona, si miramos a lo micro, pero no en lo macro”, explica Javier Sagredo, director de COPOLAD III y experto en políticas sobre drogas.

La erradicación forzada de los cultivos de coca no funciona, es necesario apostar por el desarrollo alternativo

Para Sarah David, asesora de GIZ para los temas de desarrollo alternativo, la Estrategia europea aporta principios para el cambio de cultivos: la no condicionalidad, donde los participantes no tienen que demostrar que están cultivando o no para no crear incentivos, el enfoque de no hacer daño, para que las personas decidan si se sienten seguras con el cambio y no se ponga a nadie en riesgo y la secuencia apropiada, que evita la erradicación forzada o, si existe, se realiza teniendo en cuenta las alternativas para no producir inseguridad alimentaria y pobreza.  

“Si queremos abordar el tema de la coca, vamos a tener que cambiar de visión. No podemos ver el desarrollo alternativo como una pequeña acción de cooperación. Sabemos que hay que promover el desarrollo con mayúsculas para que las políticas de drogas puedan ser eficaces”, expresó Robert Steinlechner, jefe de Cooperación de la Delegación de la Unión Europea en Perú al recibir a las delegaciones a Lima. Vuelo de regreso con el olor a humo en la cabeza y más confundida aún de lo que llegué.

*Arantxa Freire es miembro del Programa de Cooperación entre América Latina, Caribe y UE en políticas de drogas de FIIAPP