Los primeros meses de la temporada no han sido fáciles para Lamine Yamal. La joven estrella del FC Barcelona se ha visto lastrada por una pubalgia que le ha hecho perderse varios encuentros y rendir por debajo de su nivel en otros tantos. Lo que prometía ser una campaña para luchar de nuevo por todos los títulos y pelear una vez más el Balón de Oro, se ha convertido en un dolor de cabeza tanto como para el extremo como para el barcelonismo, que ha visto al jugador azulgrana menguar su rendimiento a causa de la lesión, pero también como la idea de Flick no se está ejecutando con la misma precisión que el año anterior.

La dolencia de Yamal supone un problema para el técnico alemán, ya que el 10 es una pieza clave en su esquema. Tras el encuentro frente al Elche, donde Lamine anotó el primer tanto del partido, Flick advirtió que su lesión aún no estaba superada: “Hay que gestionar su lesión, tiene disciplina. Tiene que entrenar, hacer tratamiento... lo está haciendo. No puedo decir que la lesión se haya acabado, viene y va. Y debe gestionarlo”.

Lamine Yamal, frenado por el dolor

Todo comenzó tras el primer parón de selecciones de la temporada, donde el blaugrana disputó los dos encuentros con España frente a Bulgaria y Turquía pese a tener molestias. Estuvo ausente durante los tres siguientes encuentros de LaLiga con el Barça y regresó ante la Real Sociedad. Sin embargo, tras jugar los 90 minutos frente al PSG en Champions, Yamal se resintió y volvió a causar baja. La lesión del español provocó un cruce de opiniones entre Flick y el seleccionador nacional, Luis de la Fuente, en el que el primero acusó al segundo de no haber cuidado a Lamine: “Es una pena. Ya se fue de aquí con dolor. Le dieron analgésicos y jugó 73 y 79 minutos. Y entre los partidos, no entrenó. Eso no es tener cuidado de los jugadores. España tiene los mejores jugadores y la mejor Selección, pero no han cuidado a los jugadores y es lo que puedo decir. Estoy muy decepcionado”, señaló en su día el alemán.

El futbolista de apenas 18 años, que la pasada temporada deslumbró al mundo con su desparpajo, velocidad y capacidad para desequilibrar en el uno contra uno, ha comenzado esta nueva campaña con un freno invisible: el dolor constante en la zona inguinal que le impide jugar con la misma libertad. Desde aquel parón de selecciones, no se ve a Yamal con la misma chispa ni es tan partícipe del juego. De hecho, frente al Elche tan solo dio 20 toques pese a haber anotado y su participación en el partido fue más que intermitente.

Los servicios médicos del Barça han optado por un tratamiento conservador, basado en fisioterapia, fortalecimiento y reducción de carga. Sin embargo, la exigencia del calendario —con partidos de Liga, Champions y selección— ha dificultado que el jugador pueda tener el descanso necesario para recuperarse del todo. Flick, consciente de la situación, ha intentado dosificarlo, pero la dependencia del equipo en su desequilibrio ofensivo ha obligado a utilizarlo incluso sin estar al cien por cien. El resultado es un Yamal más contenido, menos explosivo y con menos capacidad para marcar diferencias en los metros finales. Las estadísticas lo reflejan: su promedio de regates exitosos y disparos a puerta se ha reducido casi a la mitad respecto a la temporada pasada.

Qué es la pubalgia y por qué castiga tanto al futbolista

La pubalgia es una inflamación de los músculos, tendones o inserciones que se encuentran en la región púbica, donde confluyen los aductores y los músculos abdominales. Se trata de una lesión típica en deportistas que realizan movimientos explosivos, cambios de dirección, giros o disparos potentes. El principal problema de esta dolencia es que no siempre se manifiesta de forma clara ni se cura rápidamente. El dolor puede aparecer en el bajo vientre, en los aductores o incluso irradiar hacia la zona lumbar. Si el futbolista intenta forzar o jugar infiltrado, la inflamación puede volverse crónica, generando un círculo vicioso que reduce la potencia, la precisión y la estabilidad del movimiento.

Es por eso que, para un jugador como Lamine Yamal, que basa gran parte de su juego en la explosividad, los cambios de ritmo y el desborde, esta lesión es especialmente limitante. La pubalgia impide acelerar con fuerza, golpear la pelota con plenitud o regatear sin sentir una punzada. Además, el miedo al dolor altera inconscientemente la mecánica corporal, lo que afecta tanto a la confianza como al rendimiento técnico.

Una lesión más común de lo que parece

Lamine Yamal no es el primer ni el último jugador que sufre las consecuencias de esta dolencia. A lo largo de los años, nombres de primer nivel han pasado por el mismo calvario. Zinedine Zidane la padeció durante su etapa en el Real Madrid, llegando incluso a perderse varios encuentros decisivos. David Beckham, Raúl, Sergio Busquets, Ramos, Xabi Alonso, Aduriz… la lista de jugadores que la sufrieron es extensa. Un caso muy sonado fue el de Ricardo Kaká, quien llegó al Madrid ya lesionado. El brasileño pasó por un calvario físico que le impidió mostrar el nivel que había alcanzado en el Milán, donde fue Balón de Oro. Las molestias en la zona púbica lo obligaron incluso a pasar por el quirófano, y aunque logró regresar a los terrenos de juego, nunca recuperó del todo aquella chispa que lo había convertido en uno de los jugadores más determinantes del mundo.

Pero si hay un ejemplo que debe servirle de espejo a Lamine Yamal, ese es Leo Messi. El astro argentino también padeció pubalgia en sus primeros años con el FC Barcelona, cuando su explosividad le llevaba al límite muscular. Durante la temporada 2005-06, las molestias le obligaron a parar y cambiar radicalmente su rutina de entrenamiento. Aquella pausa fue clave: Messi fortaleció su zona abdominal, corrigió desequilibrios musculares y adoptó un trabajo preventivo que luego le permitió sostener más de una década al más alto nivel. Sin embargo, el argentino sufrió la pubalgia más de una vez durante su carrera, siendo una lesión que apareció y desapareció de forma intermitente.

El cuerpo técnico del FC Barcelona confía en que Lamine Yamal recupere su mejor versión antes del tramo decisivo de la temporada. La intención es que el jugador realice un plan específico de fortalecimiento y descanso durante las próximas semanas, para evitar que la lesión se cronifique. Mientras tanto, Flick deberá aprender a gestionar su ausencia y buscar alternativas en el ataque azulgrana. Sin embargo, las numerosas bajas en ataque del Barça han impedido que Yamal rote. Messi lo logró. Yamal puede hacerlo también. El espejo está ahí: paciencia, trabajo y tiempo. Tres palabras que, aunque difíciles de asumir para una estrella precoz, pueden marcar la diferencia entre un talento fugaz y una leyenda duradera.

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