En 2025, Lionel Messi y Cristiano Ronaldo siguen siendo nombres indiscutibles en el fútbol mundial. Aunque sus caminos deportivos los han llevado a ligas y continentes diferentes, ambos siguen generando titulares no solo por sus actuaciones, sino también por sus salarios astronómicos. En una industria donde el negocio pesa tanto como el balón, comparar sus ingresos se convierte en un ejercicio revelador sobre el presente y futuro del fútbol global.
Messi continúa su aventura en Estados Unidos, jugando para el Inter Miami de la Major League Soccer (MLS), mientras Cristiano Ronaldo reina en Arabia Saudí con el Al-Nassr. Más allá del césped, la diferencia de cifras que manejan sus contratos retrata dos modelos económicos muy distintos, en un fútbol que se ha globalizado en torno al espectáculo, los derechos de imagen y los intereses geopolíticos.
Ambos acumulan títulos, Balones de Oro, récords goleadores y un legado difícilmente igualable, pero ahora es su faceta como iconos del negocio deportivo lo que marca la pauta. Aunque están más cerca del retiro que del pico de su carrera, sus cheques siguen siendo de escándalo. Y no solo por lo que juegan, sino por lo que representan.
Lionel Messi, que llegó a la MLS en 2023 tras su paso por el PSG, ha sido el jugador mejor pagado de la liga estadounidense durante tres años consecutivos. Su contrato actual, que se extiende hasta finales de 2025, le garantiza una compensación anual total de 20.446.667 dólares, lo que equivale a aproximadamente 18,9 millones de euros al cambio actual. Esta cifra incluye su salario base (unos 12 millones de euros), así como primas por marketing y honorarios de agentes, aunque no contempla posibles acuerdos adicionales con el club o ingresos derivados de patrocinadores personales como Adidas o Apple.
El desorbitado salario de Cristiano Ronaldo
La cifra de Messi resulta llamativa si se tiene en cuenta que supera la masa salarial completa de 21 equipos de la MLS, pero palidece cuando se compara con lo que cobra Cristiano Ronaldo en Arabia Saudí. El portugués, que firmó por el Al-Nassr a finales de 2022, renovó recientemente hasta junio de 2027, blindando su vínculo con uno de los proyectos futbolísticos más ambiciosos del Golfo. Su nuevo contrato, según fuentes cercanas al club, le garantiza un total de 200 millones de euros al año.
Sí, has leído bien: 200 millones de euros anuales, una cifra diez veces mayor que la de Messi. Este monto incluye su sueldo como jugador, pero también una amplia gama de ingresos por derechos de imagen, acuerdos con marcas, colaboraciones institucionales con la liga saudí y otras fuentes publicitarias. Ronaldo, a sus 40 años, se ha convertido en la pieza central de la estrategia saudí para proyectar poder blando a través del deporte.
Traducido a cifras más digeribles, Messi gana unos 1,6 millones de euros al mes, mientras que Cristiano supera los 16,6 millones mensuales. Por semana, el argentino se lleva algo más de 435.000 euros, mientras que el portugués roza los 4 millones de euros semanales. La comparación es tan desproporcionada como simbólica: mientras en la MLS la expansión pasa por el crecimiento sostenido, en Arabia Saudí el fútbol se ha convertido en una herramienta geoestratégica respaldada por fondos soberanos.
Pero no todo son contratos con clubes. Tanto Messi como Ronaldo mantienen líneas de negocio personales extremadamente lucrativas. Messi sigue siendo una cara global de Adidas, además de haber firmado acuerdos clave con Apple, Lay's o Hard Rock. Por su parte, Ronaldo no solo explota su imagen a través de marcas como Nike o Binance, sino que ha creado su propio emporio con líneas de ropa, perfumes, gimnasios y hoteles bajo la firma CR7.