Lehman Brothers ha sido condenado por un tribunal federal de Australia que ha dictado sentencia a favor de un grupo de ayuntamientos, organizaciones benéficas e iglesias que demandaron a la banca de inversión por violación del contrato y conducta engañosa y negligente, condenándolo a pagar una compensación por los daños causados, informa el diario <em>ABC</em>, a partir del canal australiano ABC.

La sentencia puede tener una gran repercusión a nivel mundial, puesto que se trata de la primera condena en el mundo a las malas prácticas de un banco de inversión.

<strong>72 demandantes</strong>
Se trata de una denuncia colectiva a la que se han apuntado 72 demandantes que reclaman una compensación de 250 millones de dólares (unos 192 millones de euros) por las pérdidas sufridas en las inversiones que hicieron bajo el asesoramiento de la compañía Grange Securities, propiedad de Lehman Brothers Australia. Los demandantes alegan que sus pérdidas les han impedido continuar con sus proyectos comunitarios El juez consideró que las partes demandantes tienen derecho a una indemnización, aunque aun no ha precisado la cuantía de la misma.

<strong>Compra de hipotecas y obligaciones de deuda</strong>
Grange Securities asesoró a esos colectivos para invertir en la compra de hipotecas y obligaciones de deuda que tenían el nivel de calificación crediticia AAA, el más alto y fiable, antes del colapso del mercado estadounidense en 2007.Según explicó el director del fondo de litigio IMF , representante de los demandantes, John Walker, al canal ABC “los bancos de inversión facilitaron a las agencias de medición de riesgo, una calificación AAA, que en sentido real dice que estás casi seguro de obtener tu dinero de vuelta”.

<strong>El Gobierno de EE.UU. no intervino la entidad</strong>
Lehman Brothers, al contrario que Bear Stearns o los fondos hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac, no fue rescatado por el Gobierno ni la Reserva Federal de Estados Unidos ni tampoco por ninguna de las grandes entidades financieras a las que se ofreció, por lo que no tuvo más remedio que declararse en quiebra.