Los datos de la Encuesta Trimestral de Coste Laboral del cuarto Trimestre de 2018, publicados hoy por el INE, vuelven a mostrar "una realidad muy preocupante", según ha valorado hoy la Unión General de Trabajadores (UGT), que advierte en un comunicado de "serias consecuencias para la economía española y para el bienestar de millones de hogares". Los datos recogidos por el INE muestran que la bonanza económica y los beneficios empresariales no se trasladan a los salarios, que en 2018 han vuelto a perder poder adquisitivo.

En el cuarto trimestre del año, tanto el coste laboral como el coste salarial totales por trabajador y mes aumentaron un 0,9% respecto al mismo trimestre del año anterior. Con los datos conocidos hoy, ambos costes crecieron en el conjunto de 2018 un 1%. Puesto que el IPC medio en 2018 fue del 1,7%, los salarios perdieron siete décimas de poder adquisitivo en el que ha sido el quinto año completo de crecimiento del PIB de esta nueva fase de bonanza. Una pérdida que se añade a la sufrida en 2017 (1,9 puntos porcentuales), y que da como resultado una merma salarial de 2,6 puntos en dos años.

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Si se tienen en cuenta los datos de los últimos ocho años, los salarios han perdido 7,8 puntos de poder de compra tras la aplicación, a partir de 2010, de las políticas de recortes y la introducción de la reforma laboral del Partido Popular, que UGT califica de "muy lesiva para los intereses de la clase trabajadora; en especial la de 2012, que desequilibró la negociación colectiva al otorgar un poder desmesurado a las empresas". Para el sindicato esa es una de las principales causas de que, en esta etapa de cinco años consecutivos de crecimiento económico, los salarios no se beneficien de la misma, mientras las empresas aumentan sus beneficios y reparten cuantiosos dividendos.

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Para UGT, esta situación es inadmisible, porque supone una anomalía económica que está mermando la capacidad de crecimiento de nuestra economía y la recaudación del sector público, e impide que se cierren las graves brechas de desigualdad y pobreza que generó la crisis y las políticas que se aplicaron. Un menor poder adquistivo supone una contracción de la demanda interna, imprescindible para que nuestra economía siga creciendo. Por ello, el sindicato reclama la necesidad de "más y mejor empleo para consolidar un modelo de desarrollo más equilibrado y sostenible" y esto pasa también por que aumenten los salarios.

UGT recuerda que el pasado año se tomaron decisiones que sientan las bases para que esta reactivación salarial se produzca. De un lado, la firma del IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva 2018-2020 (IV AENC), que obliga a las organizaciones firmantes a pactar en los convenios aumentos salariales hasta 2020 entre el 2% y el 3%, en función de las condiciones objetivas de cada sector y empresa, y a elevar los salarios mínimos de convenio a 1.000 euros al mes como mínimo. Estos incrementos, si la inflación no sufre shocks imprevistos, deben permitir que los salarios recuperen parte del poder de compra perdido en estos últimos años, y reducir la elevada desigualdad existente.

De otro lado, el aumento del salario mínimo interprofesional en 2019 hasta 900 euros al mes ha sido, a juicio de UGT, "una medida muy importante", que recoge en parte las reivindicaciones del sindicato y que "debe tener continuación en los próximos años", alcanzando los 1.000 euros en 2020, y planteando un escenario de nuevas subidas hasta que alcance, al menos, el 60% del salario medio del país.

Por todo ello, UGT reclama que en 2019 las empresas apliquen lo firmado y aumenten los salarios reales de los trabajadores y trabajadoras; y que los partidos políticos asuman en sus programas electorales la necesaria dignificación de los salarios, especialmente la de aquellos más bajos.