El final de 2025 cada vez está más cerca y con él llegan las revalorizaciones anuales de múltiples partidas, prestaciones y tablas salariales. Entre tantas destaca el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que perciben casi tres millones de personas, que ya ha abierto su debate en el seno del diálogo social para alcanzar un acuerdo que hace años que no se produce. Una vez que todos los agentes sociales han puesto sus propuestas encima de la mesa, no parece que el consenso vaya a ser posible de cara a 2026.
El último movimiento, tras la propuesta de los sindicatos y la exposición patronal, ha llegado desde el Ministerio de Trabajo, tercera pata del diálogo social. La cartera de Yolanda Díaz lleva años reuniendo a un comité de expertos para, con un trabajo analítico, presentar una propuesta a los agentes sociales con un gran carácter técnico. Los académicos se han pronunciado, más cerca de los sindicatos que de los empresarios, y han ofrecido dos opciones al Ejecutivo: una por si el SMI pasa a tributar, como pide Hacienda, y otra por si se mantiene exento, algo que parece ya imposible.
El escenario más posible es la tributación, debido a que el SMI ha subido tanto en los últimos años (61%) que su exención podría empezar a suponer un agravio para cuantías muy poco superiores registradas en convenios. El planteamiento de los expertos basado en esta premisa llama a un ascenso del 4,7% que se llevaría el salario de los que menos cobran hasta los 1.240 euros (1.446 euros en 12 pagas) y 17.360 euros anuales.
Esta propuesta supondría 56 euros más al mes (784 euros más al año) que los 1.184 euros actuales, si bien tendrían que tributar. La otra exposición, en un escenario en el que el SMI siga sin cotizar, plantea un incremento del 3,1%, que se traduciría en 37 euros al mes y 518 euros al año que se llevaría el sueldo hasta los 1.221 euros (1.424,5 en 12 pagas) y los 17.094 euros. Sea cual sea la opción, está lejos tanto de lo exigido por los sindicatos como de lo reclamado por la patronal.
Sindicatos, los más ambiciosos
Los primero en pronunciarse fueron los sindicatos, representados en la negociación por UGT y CCOO, que sugirieron un incremento del 7,5%. El porcentaje puede parecer muy elevado, pero la propuesta viene con truco. Después de la polémica vivida el pasado año con la cotización de IRPF del SMI, que el Ministerio de Hacienda defendía que debería producirse y el de Trabajo apostaba por lo contrario, las organizaciones sindicales trasladan una opción intermedia: una subida mayor de la cuantía para que, tras cotizar, esta siga equivalente al 60% del salario medio neto.
Este es el mandato de la Carta Social Europea y desde UGT y CCOO aseguran que, si se pretende que por primera vez lo que menos cobran tributen al IRPF, esta es la mínima subida que debe aprobarse para dar cumplimiento al mandato. Esto significaría que el SMI subiría 89 euros al mes y pasaría de los 1.184 euros actuales a los 1.273 euros al mes (1.485 euros en 12 pagas) y 17.822 euros anuales. Si bien traducido a neto, al cotizar, rebajaría más la cuantía que antaño, siendo en neto, aproximadamente y atendiendo a valores medios, 1.216 euros al mes (1.418 euros en 12 pagas) y 17.024 euros al año.
La patronal sugiere una subida por debajo del IPC
La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), que encarna el papel patronal junto a Cepyme, ha presentado hace apenas dos días su apuesta, que ha sorprendido por situarse incluso por debajo del encarecimiento de la vida. Los empresarios liderados por Antonio Garamendi han sugerido un incremento del 1,5%, lejos del 2,7% de la inflación media anual, lo que representaría un avance mínimo del SMI, el cual además dejaría de estar exento de tributar.
La nómina se ubicaría en los 1.202 euros al mes brutos (1.402 en 14 pagas) y 16.828 euros anuales, cuantías que tendrían que tributar y bajarían aún más. La patronal defiende que esta subida está en línea con la prevista para los empleados públicos, aunque en obvia que estos han disfrutado de incrementos mayores en los años precedentes. “Para respetar la negociación colectiva, condicionamos esta subida del 1,5% al cumplimiento de las reglas de absorción y compensación del Estatuto de los Trabajadores", ha trasladado la CEOE en su comunicado.
No obstante, las explicaciones patronales no parecen que vayan a conseguir que el SMI suba por debajo del IPC, una línea roja dibujada en más de una ocasión por la ministra de Trabajo. Más después de la propuesta de los expertos del Gobierno. Los sindicatos, por su parte, directamente consideran “ridícula” la propuesta. "Sinceramente, creo que no se puede ni contemplar (la propuesta de la patronal) porque el salario mínimo en España tiene que seguir ascendiendo", ha reaccionado el secretario general de CCOO, Unai Sordo.