La subida anual del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para acomodarlo al encarecimiento de la vida, proceder que ha seguido la coalición desde su desembarco en Moncloa, encuentra cada año desencuentros con la patronal y, desde el 2025, ha sumado choques internos en el Gobierno por la tributación por IRPF de esta cuantía, hasta ahora exenta. Los ministerios de Hacienda y Economía pretenden que esto cambie, razón que ha llevado a los sindicatos a exigir que el incremento de cara a 2026 sea del 7,5%, llevándose la cuantía hasta los 1.273 euros brutos en 14 pagas para una jornada completa.

“Esto es lo mínimo para mantener el poder adquisitivo de los salarios mínimos”, ha defendido el secretario de Acción Sindical y Transiciones Estratégicas de CCOO, Javier Pacheco. La exigencia de la Carta Social Europea es que los perceptores del SMI cobren el equivalente al 60% del salario medio neto y, para que esto se cumpla contando con la tributación, es necesario que la cuantía neta se ubique en los 1.216 euros al mes (1.418 euros en 12 pagas) y 17.024 euros al año. Traducido a bruto que tributase: 1.273 euros al mes (1.485 euros en 12 pagas) y 17.822 euros anuales.

"Lo que vamos a pedir es una subida del 7,5% para por fin establecer el salario mínimo con arreglo a retribuciones brutas. Nosotros decimos que el 60% se debe de calcular sobre los salarios brutos”, ha desgranado el vicesecretario general de Política Sindical de UGT, Fernando Luján. “Esta subida del 7,5% es inferior a cómo han subido los márgenes empresariales en este 2025", ha defendido el sindicalista la subida de 89 euros, que se llevaría el montante de los 1.184 euros actuales (no tributan) a los 1.273 euros (sí tributarían).

"La propuesta tenemos que entender que, a diferencia de otros años, recoge la obligación de tributación al IRPF, cosa que en años anteriores no se producía. Era un incremento sobre netos y, por lo tanto, no podemos hacer una comparativa en cuanto a porcentajes con los de otros años", ha subrayado Pacheco. "Y aquí la decisión política es si estas retribuciones tributan o no tributan. Y los sindicatos decimos que sí, que tienen que tributar porque no es de recibo que umbrales de salarios que están cada vez más cercanos a los mínimos de los convenios colectivos, tengan una diferenciación de tributación que pueda generar una discriminación entre trabajadores”, ha añadido.

Una subida que, además, desde las organizaciones sindicales no consideran que sea ni mucho menos ambiciosa, menos atendiendo al crecimiento de los márgenes empresariales. “El salario medio es de 32.500 euros brutos con datos de 2024, si hablamos de magnitudes brutas, el SMI tendría que ser de 19.500 euros y pedimos que sea de 17.822 euros brutos”, ha expuesto Luján, citando la estadística de Eurostat, oficina estadística de la Unión Europea (UE).  "No nos parece que seamos nada ambiciosos (...) Si nos comparamos con Europa, Luxemburgo tiene 2.638 euros bruto al mes, Irlanda tiene 2.282 euros, Países Bajos tiene 2.193 euros, Bélgica tiene 2.070 euros y Francia, 1.802 euros", ha añadido.

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